El Conseller de Interior, Miquel Buch y su mano derecha, el Director General de la Policía, Andreu Martínez, aprobaron y autorizaron las controvertidas cargas policiales que protagonizaron ayer noche los mossos en el barcelonés parque de la ciudadela, frente al Parlament.
El responsable político de la policía de la Generaliatat y hombre de confianza del President Quim Torra conocía al detalle los acontecimientos que se sucedían al acabar la manifestación que por la tarde congregó a más de 150.000 personas por las calles de Barcelona.
El conseller no perdía detalle
Buch y su equipo monitorizaron todos estos acontecimientos tal cual se iban produciendo. Así, por la noche, cuando los manifestantes entraron el parque de la Ciudadela (que alberga la sede del Parlament de Catalunya) y rompieron la barrera física de seguridad situada frente a la puerta de la institución, los mandos policiales que arropaban y asesoraban al conseller le hicieron llegar la conveniencia de cargar para impedir males mayores. En aquellos momentos era inequívoca la voluntad de los exaltados manifestantes de entrar en la sede parlamentaria. De hecho los mossos, ante la virulencia de la turba, se parapetaron en el interior del edificio cuyos porticones cerraron a cal y canto.
Buch tardaba en responder. Los mossos insistieron. En el exterior los manifestantes se encaramaban a la puerta del Parlament y pegaban adhesivos con alusiones a la “República en Construcción”.
Buch claudicó
Los mossos volvieron a insistir. Estaban a diez horas de la celebración del pleno parlamentario previsto para hoy martes. Y Buch, finalmente, autorizo la carga.
Al cierre de esta información, este medio ignora si antes de ello, el conseller elevó alguna consulta en este sentido a presidencia de la Generalitat.
Carlos Quílez