Este producto, desarrollado por el Laboratorio de Adhesión y Adhesivos de la Universidad de Alicante (UA) y que ha supuesto unos tres años de investigación, es capaz de pegarse a la superficie cutánea con una ligera presión del dedo, no deja residuos y puede ser retirado sin molestias con una ligera variación de la temperatura.
Este avance en el campo de los biomateriales puede ser adaptado también a las necesidades de otros sectores, como el etiquetado para el transporte de mercancías o alimentos refrigerados.
La novedad mundial de este adhesivo, transparente y sensible a la presión, estriba en dos aspectos, el primero de los cuales consiste en su buena capacidad de pegado y despegado en un rango de temperatura corto, ha explicado, en una entrevista con Efe, el doctor y catedrático de Química Inorgánica de la UA José Miguel Martín, que dirige el citado laboratorio.
«Hemos desarrollado un material similar al de las tiritas o vendajes que puede pegarse a la temperatura corporal (37ºC) y que, al enfriarlo a temperatura ambiente (20-25ºC), se elimina sin ningún tipo de esfuerzo y tirones», según Martín, creador de este producto junto con la investigadora del mismo departamento Mónica Fuensanta.
Su gran potencia radica en evitar a los pacientes las molestias habituales al desprender vendajes y apósitos quirúrgicos, médicos e, incluso, las tiras musculares empleadas en kinesioterapia.
La segunda característica que le confiere un valor añadido es el material plástico con el que se ha diseñado: el poliuretano, ha destacado Martín.
En comparación con otros apósitos médicos fabricados con caucho o en base a productos acrílicos o siliconas, los poliuretanos «son más biocompatibles; es decir, no deberían producir alergias en contacto con una herida, ni generar residuos, ni reacciones a cuerpo extraño», ha señalado.
Por el contrario, los de caucho, que suelen usarse en los vendajes tras una intervención quirúrgica, hay que quitarlos con frecuencia porque el paciente experimenta alergias, ha apuntado este científico.
El grupo de investigación que dirige José Miguel Martín desarrolló hace unos cinco años adhesivos basados en el cianoacrilato para uso facultativo con aplicaciones de carácter multidisciplinar e ideó con anterioridad una prótesis de silicona para corregir las orejas de soplillo.
Además, ha participado en multitud de proyectos ajenos a la medicina, como el diseño de una parte del encolado del Airbus 380 y otros vinculados al sector automovilístico (composite para vehículos de Fórmula-1), el embalaje (plásticos biodegradables) o la impresión (fijar tinturas en bolsas).
Redacción