El sindicato considera que la situación que atraviesa la operadora británica «no es responsabilidad de la plantilla», sino de sus gestores, y que con la medida propuesta la empresa se pretende «solucionar su incapacidad demostrada y reiterada para la toma de decisiones estratégicas acertadas», ha dicho un portavoz de UGT.
«Nos parece innecesario y equivocado que se plantee de nuevo un recorte de personal cuando además hace apenas tres años se produjo el último», ha añadido.
UGT ha manifestado su oposición «a cualquier medida forzosa» que pueda afectar a los puestos de trabajo en la operadora y ha instado a la dirección «a buscar soluciones que no repercutan en el nivel de empleo y que cumplan las expectativas de ambas partes, plantilla y empresa».
Vodafone España ha comunicado a los representantes de los trabajadores -UGT, CCOO y STC- la apertura de un procedimiento de despido colectivo y prevé iniciar a finales de enero el periodo de consultas, que se prolongará durante un mes.
La compañía ha justificado la medida en razones económicas, productivas y organizativas, y ha explicado que con la misma persigue revertir la negativa evolución del negocio, con caídas en los ingresos y el resultado bruto de explotación (ebitda) en el primer semestre -abril a septiembre- de su año fiscal.
Los ingresos de Vodafone España cayeron un 3,2 %, hasta los 2.421 millones de euros en el primer semestre fiscal, lastrados por la reposición de tarifas y la guerra del fútbol, y su valor contable en el país se vio rebajado en 2.900 millones.
Además, durante el periodo de abril a septiembre de 2018 redujo su base de clientes de televisión en 98.000, de ellos 66.000 entre julio y septiembre, principalmente por la decisión de la compañía británica de no seguir comprando fútbol a Telefónica, que se hizo en junio con los contenidos de La Liga y la Champion para próximas temporadas.
La operadora espera alcanzar con la representación social el mejor acuerdo posible tanto para los empleados como para la empresa, que, según los sindicatos, tiene alrededor de 5.100 trabajadores en España, con lo cual si el despido colectivo afectara a ese máximo de 1.200 trabajadores, supondría la salida de la compañía de casi de uno de cada cuatro empleados.
Vodafone España ya recortó en 2015 su plantilla en unos mil trabajadores tras integrar a la operadora ONO, que adquirió en 2014, y antes, en 2013, en unos 900.
Redacción