domingo, noviembre 10, 2024
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El Gobierno recalca que «dentro de la Constitución todo, fuera de ella nada»

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Miles de personas encabezadas por el presidente de la Generalitat, Quim Torra, se han manifestado esta tarde en el centro de Madrid para protestar contra el «juicio farsa» del ‘procés’, una marcha que ha convocado a 120.000 asistentes, según la organización, y a 18.000 según el cómputo policial.

Torra, que ha caminado durante la marcha junto al expresidente catalán Artur Mas, ha pedido a España que escuche los «gritos de libertad» y «de independencia» de la manifestación y ha instado al país a mirarse y estudiar para ver en qué ha fallado «para que tanta gente esté apelando al derecho a la autodeterminación».

Además, ha expresado solidaridad con las «compañeras y compañeros» presos y «en el exilio» y ha tachado de «juicio farsa» el proceso abierto en el Tribunal Supremo, como lo hecho el presidente del Parlament, Roger Torrent, quien ha avisado de que el «conflicto político entre Cataluña y el Estado solo se resolverá con democracia».

A ambos lados del Paseo del Prado, miles de simpatizantes del movimiento soberanista llegados de distintos puntos de Cataluña y de otras zonas de España, como Galicia, Castilla y León, Andalucía, País Vasco y Asturias, han ondeado banderas «esteladas» para dar la bienvenida a la cabecera de la manifestación, cuyo lema rezaba «La autodeterminación no es delito. Democracia es decidir».

Desde primera hora de la tarde, las inmediaciones del Parque del Retiro se han llenado con manifestantes llegados desde Cataluña en más de 500 autocares y una quincena de trenes AVE, de todas las edades y muchos de ellos portando urnas transparentes bajo la premisa de «No hace daño votar».

Y no solo con esa frase han querido dejar patente su protesta. También lo han hecho con pequeños carteles, en catalán y castellano, en los que se podía leer: «No pasarán», «No hay justicia», «Juicio farsa. Teatro del bueno» o «Som republica, republic of Catalonia» y «Libertad presos y exiliados políticos», o con cánticos en catalán y en castellano como «1 de octubre. Ni olvido, ni perdono» o «Hemos venido a despedirnos».

El final del recorrido ha sido la Plaza de Cibeles, donde se ha instalado un gran escenario por el que han ido pasando diferentes representantes de ANC y Ômnium Cultural, además de algunos de los más de sesenta colectivos sociales, organizaciones del 15M, entidades republicanas y antifascistas.

El cierre final ha tenido como protagonista «L’estaca», la canción de Lluís Llach que se ha convertido en un símbolo del movimiento independentista catalán.

En el acto también ha estado de alguna forma presente Jordi Cuixart, el presidente de Òmnium, que afronta 17 años de cárcel por un delito de rebelión.

El vicepresidente de Ómnium, Marcel Mauri, ha leído unas palabras enviadas por Cuixart a los manifestantes, en las que ha agradecido «la solidaridad» de «los pueblos» representados en la protesta, y les ha llamado a estar «unidos frente al fascismo», que considera una «amenaza».

En el mensaje, también ha recalcado que «jamás» se va a «confrontar» entre sí a los independentistas catalanes y que su prioridad es «la resolución democrática del conflicto».

Unas palabras que habrá escuchado desde la distancia el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, quien también ha querido compartir el sentir de los presentes hoy en Madrid pero a través de Twitter, donde ha dicho sentirse «muy emocionado viendo el éxito de la manifestación» y por su caracter festivo y reivindicativo.

Para la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Elisenda Plauzie, el proceso a los líderes independentistas es una «vergüenza democrática», mientras que el derecho a la autodeterminación es «un instrumento de paz».

El portavoz adjunto de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha contrapuesto la «democracia» y el «pacifismo» de la manifestación con las «amenazas», el 155 y el «trifachito» de PP, Vox y Ciudadanos.

En la misma línea se ha pronunciado Mauri, quien ha denunciado que «debería avergonzar a cualquier demócrata» que a Vox no sólo no se le «aísle» sino que, además, «se le permita actuar como acusación particular en el juicio.

Redacción

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