Un expediente de la Fiscalía está a punto de acabar con la carrera de Emilio Valerio, teniente Fiscal de Madrid. En el tortuoso y atípico proceso el teniente Fiscal presentó su renuncia el 4 de noviembre, en vista de que el instructor no respondía a ninguno de sus argumentos exculpatorios. El fiscal Francisco Moreno acusa a Emilio Valerio de montar “un emporio empresarial”, lo que según él contravendría el Estatuto Fiscal. La renuncia –que no ha sido respondida aún– extinguiría todo el proceso, de acuerdo al artículo 46 del Estatuto del Ministerio Fiscal. La resolución del expediente está ahora en manos del ministro de Justicia, Rafael Catalá. Si se aceptara la renuncia el ministro no se vería obligado a tomar una decisión absolutamente excepcional. En los últimos lustros sólo se ha apartado de la carrera a un fiscal, por causas disciplinarias muy graves.
El problema surgió durante el mandato de la anterior Fiscal General, Consuelo Madrigal. El pasado verano se abrió expediente disciplinario contra Valerio por aparecer en el Registro Mercantil como responsable de la gestión de diversas empresas, en contra de lo estipulado en el Estatuto del Ministerio Fiscal.
Realmente las empresas de Valerio eran más que conocidas en el ámbito de la Fiscalía. De hecho, la tradicional copa de Navidad en la Fiscalía de Madrid se hacía con los vinos de la bodega Emilio Valerio que el fiscal proporcionaba altruistamente. El “emporio” consiste en realidad en una serie de sociedades con las que se gestiona la actividad agropecuaria que mantiene la familia desde hace generaciones en el pueblo navarro de origen: una bodega y un trujal de aceite.
Emilio Valerio, el fiscal más veterano de Madrid, ha vivido momentos de notoriedad en su carrera. Tras una etapa en la que entre otros asuntos instruyó el ‘Caso Brouard’, su labor en la Fiscalía de Medio Ambiente de Madrid supuso una gran relevancia en los medios, por su labor de investigación sobre los abusos inmobiliarios en la etapa de la burbuja previa a la crisis. Esto le supuso enormes enfrentamientos con los poderes públicos, de los que no se han apagado todos los rescoldos.
Tras cesar en la Fiscalía de Medio Ambiente por una decisión del entonces Fiscal general, Cándido Conde Pumpido, accedió al cargo de Teniente de la Fiscalía más grande de España, la de la Audiencia Provincial de Madrid. De hecho se trata del fiscal más antiguo de la Fiscalía de Madrid. Las formas y contundencia del expediente, así como la gravedad de su expulsión, un hecho excepcional en esta carrera, ha producido conmoción en los componentes del Ministerio Fiscal. Varios consideran incluso que el trato que se está dando a este veterano fiscal de 60 años es “inhumano”.
Emilio Valerio mantiene en la localidad de procedencia familiar, Dicastillo (Navarra), explotaciones agrarias que han sido de su familia históricamente, desde hace generaciones. Se trata de una bodega y un trujal de aceite de olivos milenarios, ambas casi artesanales, que trabajan en la cultura de la agricultura tradicional y sostenible medioambientalmente. Las empresas agrícolas de Valerio dan empleo a 22 familias de Dicastillo y sus alrededores. El instructor del expediente aseguras que algunas son “empresas pantalla”. En los últimos años la familia Valerio participó con otros socios en un bar en Pamplona donde poder dar salida a sus productos, lo que también se le reprocha en el expediente. Valerio nunca ha sido fiscal en Navarra, donde radican sus explotaciones agrícolas familiares.
El fiscal Valerio ratificó el día 16 su renuncia, que está a la espera de ser aceptada. Es el último episodio de la carrera un fiscal que nunca fue cómodo para el poder.
Joaquín Vidal