El presidente del Gobierno en funciones y el líder de Podemos han salido bastante satisfechos de este encuentro en la Moncloa y con un primer objetivo claro: pactar una Mesa del Congreso de mayoría progresista.
El control de este órgano por parte de la izquierda garantizaría que la agenda legislativa progresista pueda salir adelante sin bloqueos, a diferencia de lo que ha sucedido en este último tramo de la legislatura, han indicado fuentes del Ejecutivo.
De esa negociación se encargarán en cualquier caso Adriana Lastra, por parte del PSOE, e Irene Montero, por Unidas Podemos.
La reunión con Iglesias ha sido la última de la ronda de contactos de Pedro Sánchez, que esta mañana ha recibido en la Moncloa a un Albert Rivera que, lejos de buscar acuerdo alguno, ha dejado claro al jefe del Ejecutivo en funciones que no facilitará su investidura pese a la sugerencia de ayer de Pablo Casado.
Sin embargo, en el encuentro con el líder de Podemos, ambos han puesto en valor el trabajo conjunto de los últimos diez meses de legislatura y han mostrado su voluntad de seguir por ese mismo camino de cooperación y entendimiento, aunque no han concretado con qué fórmula lo harán.
«Si en algo nos hemos puesto de acuerdo es que vamos a trabajar para ponernos de acuerdo», ha dicho Iglesias en rueda de prensa, en la que ha reconocido que las posiciones de partida son distintas -él quiere un Ejecutivo de coalición y Sánchez gobernar en solitario-, pero se ha mostrado «optimista» con el pacto que se acabe alcanzando.
Pablo Iglesias ha destacado que en estos meses de colaboración Sánchez y él han sido capaces de construir una «relación de confianza» que ahora les permite tratarse con «franqueza y empatía», y ha aventurado que llevará «mucho trabajo» y un tiempo largo ponerse de acuerdo pero ese pacto -ha confiado- llegará con «prudencia», «discreción» y «tranquilidad».
Y sobre la posibilidad de que el pacto se extienda a más fuerzas políticas, Pablo Iglesias ha dicho que también comparte con Sánchez que «hay que estar dispuestos a hablar por todos» y que la expresión «multipartidista» que han elegido los ciudadanos se traduzca en un diálogo.
De momento, ninguna de las partes ha concretado cómo será ese futuro acuerdo ni si incluirá una cesión de ministerios a Podemos.
Habrá que esperar como poco hasta después de la Constitución de las Cortes, prevista para el 21 de mayo, para nuevos contactos, según fuentes del Ejecutivo.
En cualquier caso no solo los mensajes, también la gestualidad ha sido distinta en el caso de Iglesias, a quien Pedro Sánchez ha recibido con una sonrisa y una palmada en la espalda de socio preferente.
Antes, por la mañana, le tocaba el turno a Albert Rivera, quien tras su reunión con Sánchez se ha erigido en líder de la oposición ante «la descomposición» del PP, porque en su opinión España necesita un proyecto «fuerte» que sirva de alternativa al Gobierno socialista.
Una oposición que el líder de Ciudadanos quiere ejercer con firmeza pero no de forma «destructiva», ante los «desmanes» que prevé que cometería un futuro Ejecutivo del PSOE y Podemos.
Y ya le ha ofrecido a Pedro Sánchez cuatro grandes pactos de Estado -educación, despoblación, inmigración y seguridad- así como sus parlamentarios para que ponga en marcha el artículo 155 de la Constitución en Cataluña.
El Gobierno ha subrayado que la reunión con el líder de Ciudadanos ha servido, como sucedió con Pablo Casado, para «normalizar las relaciones» y «restablecer espacios de diálogo», unos espacios que en el caso de Podemos van más allá, hasta la aspiración de alcanzar una mayoría de progreso y duradera.
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