Carcedo ha inaugurado el acto institucional de conmemoración del genocidio gitano durante la Segunda Guerra Mundial, Memorial del Samudaripen, que se ha celebrado en la sede del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, en el que se ha rendido homenaje a los más de 3000 gitanos españoles asesinados en campos de concentración por el régimen nazi.
La ministra ha recordado que fue hace «solo 75 años» cuando se cometió el holocausto y ha opinado que hay que estar alerta contra movimientos xenófobos y utilizar estos homenajes para honrar y recordar a las víctimas, pero también «para conjurarnos contra esos comportamientos».
«Somos más los que queremos una convivencia en igualdad», ha aseverado la ministra, quien ha reconocido que quedan muchos retos por delante «en áreas de empleo, educación, igualdad salarial, sanitaria y en manifestaciones cotidianas de discriminación que todavía persisten en la sociedad».
Carcedo ha apostado por fomentar la convivencia desde el respeto a la diversidad, porque a «pesar de los avances, queda mucho por recorrer, en España también».
«Es un deber ineludible» para los poderes públicos «perseverar las medidas para erradicar las causas de exclusión social» que sufre el pueblo gitano, así como las actitudes que nutren la discriminación contra este colectivo.
En el acto, la vicepresidenta del Consejo Estatal Gitano, Beatriz Carrillo, ha reclamado mayor visibilidad para el pueblo gitano, para el que ha exigido «los mismos derechos y preocupaciones que para el resto de la sociedad».
«Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla, los que olvidan su cultura y desarrollo están condenados a repetir los mismos actos», ha alertado Carrillo en este acto homenaje a las víctimas de la «etapa más oscura para el pueblo gitano».
Ha animado al colectivo gitano y al resto de la sociedad a no quedarse con los brazos cruzados ante comportamientos «racistas e ideologías que no se esconden, que se reúnen detrás de una pancarta y que terminan prendiendo fuego a las casas de los gitanos».
«Es más dañino y peligroso ese racismo soterrado que tiene la careta de la democracia y la igualdad y luego se transforma en comportamiento discriminatorios y que apuntalan un antigitanismo que sigue asentándose y apuntalándose en nuestra sociedad», ha concluido.
Estrella Digital