La logística es complicada, por la necesidad de expertos y de diferentes materiales y vehículos y, frente a las tradicionales flechas amarillas, en este caso los indicativos que guiarán son enormes monolitos en los fondos marinos, que alcanzan un peso que llega hasta los cincuenta kilos.
Buceadores vascos son los que han decidido abrir este nuevo Camino de Santiago por las veneradas aguas del Cantábrico.
El precursor del ya bautizado como «Camino de Santiagua», Adolfo Rodríguez (alias Euskobuzo), ha contado a Efe que la idea surgió hace cuatro años cuando recorrió de un modo más convencional esta histórica ruta de peregrinación y quedó marcado la «magia» de sus diferentes modalidades y por las experiencias personales que vivió en ellas.
«Quería volver a Santiago de Compostela pero quería hacerlo de una manera diferente y única», ha relatado Rodríguez, que compartió su visión, a la postre un deseo, con tres compañeros, Deva Prendes, Nekane Fernández e Iker Yraolagoitia, con los que hace dos años y medio desarrolló «en serio toda esta locura».
Esta ruta bajo el mar ha contado con 21 etapas en las que han colocado monolitos de dirección hacia Santiago en el fondo marino de Hondarribia, San Sebastián, Getxo, Santander, Gijón, Ribadeo y en la zona de A Coruña.
Desde el Camino de Santiagua intentan aportar su «gotita» para luchar contra los microplásticos, la sobrepesca que deja zonas desérticas, los vertidos de hidrocarburos y de esta manera tratar de concienciar a la población y, a la par, de educar a las nuevas generaciones.
«Hay que tratar al mar con respeto», declara Euskobuzo, quien describe el mar Cantábrico como un «poco salvaje» pero con unos encantos que desconoce mucha gente y del que espera con este proyecto alejarlo de esa «leyenda negra de frío, oscuro y un poco feo».
Los peculiares peregrinos ha contado con el apoyo institucional del gobierno vasco y cántabro, y fueron recibidos por el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, quien aplaudió la iniciativa.
«Hemos tenido el apoyo de ayuntamientos como el Getxo y otras localidades que quieren que Santiagua pase por sus aguas», cuenta el buceador, que espera que en el Xacobeo 2021, un hito pues el Año Santo precedente data de 2010, el nuevo camino esté funcionando, con sus diferentes puntos de inmersión, y que «todos los buceadores del mundo recorran este mar maravilloso».
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