«Hagamos oír nuestra voz, y la mejor manera de hacerlo es ir a votar, dando con nuestra papeleta la fuerza a un Gobierno progresista y fuerte, que pueda cerrar las heridas que ya tenemos en la sociedad catalana y que pueda evitar el enfrentamiento étnico entre unos y otros. Étnico en el sentido de identidades contrapuestas», ha dicho Borrell en un acto de campaña del PSC en Cerdanyola del Vallès (Barcelona).
En el exterior del recinto donde se ha celebrado el mitin, una treintena de manifestantes convocados por los CDR aguardaban la llegada de Borrell con una pancarta con el lema «Libertad presos políticos y exiliados» y con gritos como «De Borrell, ni la piel», «El PSOE del GAL, terrorismo estatal».
El acto ha transcurrido, no obstante, sin incidentes y, además de Borrell, han subido al escenario el alcalde de Cerdanyola, Carlos Cordón, el número seis de los socialistas catalanes al Congreso por Barcelona, Francisco Aranda, y la senadora Elia Tortolero.
Borrell ha asegurado que los años de procés han dejado una Cataluña dividida, con una herida que solo se puede cerrar de forma «democrática», mediante «la fuerza de la palabra y la razón convertida en votos».
Una división que según el veterano ministro socialista es culpa del talante «totalitario» e «intolerante» de parte del independentismo, que pretende que toda la sociedad comparta sus ansias de secesión.
En este sentido, ha señalado directamente al presidente del Parlament, Roger Torrent, que a su entender hizo gala de una «actitud totalitaria» cuando esta misma semana dijo que a los catalanes «no les gusta que venga el rey» Felipe VI.
Borrell ha deplorado que en las últimas semanas, a raíz de la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes del procés, la «intolerancia» haya derivado en una «violencia extrema, exagerada», que no se veía desde la «reconversión industrial» de hace décadas.
Y ha agregado, en referencia a los manifestantes que acampan desde hace días en la plaza Universitat de Barcelona: «Si este país fuera una dictadura, a buenas horas estarían acampados en la Gran Via».
El que será el máximo responsable de la diplomacia europea ha subrayado que lo que pasa en Cataluña es un problema «entre catalanes», por lo que ha emplazado al presidente de la Generalitat, Quim Torra, a sentarse a la mesa con los partidos autóctonos si realmente quiere dialogar, algo que Borrell ha cuestionado.
Con todo, ha avisado de que «en Europa están un poco escarmentados de lo que significa el nacionalismo» y, para ilustrarlo, ha recordado que pronto se cumplirán 30 años de la caída del muro de Berlín, que fue cayó el 9 de noviembre de 1989, el mismo año en que «estalló» el conflicto en la antigua Yugoslavia.
Por su parte, el número seis por Barcelona al Congreso, Francisco Aranda, ha destacado el perfil no soberanista de la candidata Mertixell Batet -que sigue guardando reposo por prescripción médica- para convencer a quienes duden entre votar al PSC u otras opciones de izquierda, como los comunes y Más País.
«Hay una izquierda que a la hora de elegir quien le represente siempre elige a los perfiles más soberanistas. Nosotros no», ha resuelto.