En el mitin de cierre de campaña en el Invernadero de la plaza de toros de Las Ventas, ante 2.000 personas y otras 1.500 que quedaron fuera, según la organización, se ha dirigido tanto a los socialistas «de buena fé que les duele España», como a los de Vox y Ciudadanos que «en algún momento decidieron dejar de votar» al PP.
Utilizando un símil taurino ha explicado que al igual que «cuando hay que dar una oreja a un torero todo el tendido tiene que ir junto, con un pañuelo blanco, ahora hay que ir con una papeleta que solo puede ser para el PP» ante la «gravedad de la situación que vive España».
Porque la alternativa es «o PP o PSOE, o PP o crisis, o PP o división», ha advertido, tras prometer un «proyecto transversal» para gobernar para todos los españoles «hasta para los nacionalistas».
Y ha comprometido de nuevo que «el PP no va a facilitar en ningún caso una investidura de Sánchez» y que si tiene un solo escaño más que los socialistas se presentará para ser presidente y desbloquear la situación política en España.
«Tenemos que unir esfuerzos en torno al único proyecto que puede ganar a Sánchez», ha proclamado, poniendo como objetivo a batir al presidente en funciones, al que ve «naufragado» y con una única «tabla de salvación» que son los votos que puedan ir a Vox y Cs y no al PP.
Casado ha asegurado que el PP está ya en «empate técnico» con el PSOE y puede ganar, para lo que es necesario «no dividir esfuerzos» a la hora de votar.
El presidente de los populares ha manifestado su «pleno respeto» tanto al líder de Vox, Santiago Abascal, como al de Ciudadanos, Albert Rivera, a los que tiene «sincera y afectuosa relación» desde hace años, ha destacado.
Pero ahora «no hay tiempo para discutir», les ha avisado, por lo que cree que las diferencias entre estos partidos deben quedar para después de las elecciones. «Si hay que pactar ya lo haremos», ha dicho, en el ámbito parlamentario, donde les ha instado a presentar sus propuestas para llegar a acuerdos
Estas elecciones son como «una final de fútbol» para Casado en la que solo se enfrentan dos equipos y no puede haber personas con «una tercera camiseta» en el campo.
Durante su intervención se ha esforzado por presentarse como un candidato que será un presidente «para todos» y ha asegurado que no quiere «ni miedo, ni ira» y que está harto de un país «a garrotazos», al igual que cree que los españoles están hartos, pero no de votar, sino de que «su voto no valga para nada».
En este acto final de campaña, el PP ha transmitido, al igual que al finalizar la del 28A, que «va ir bien» en las urnas, aunque hay una «pulsión de cambio» y una necesidad de desbloqueo que entonces no había y que creen que les puede dar la representación suficiente como para optar a gobernar.
Desde el partido consideran que hay un «clima favorable a dar el vuelco» en estos dos días que quedan para conocer el resultado de las urnas. «Hay mucho votante oscilante y se decide estas dos jornadas», han explicado fuentes del partido, que ven sobre todo «muy dudoso» a los votantes de Ciudadanos y de Vox.