Abascal ha comparecido ante la prensa después de entregar su credencial como diputado electo por Madrid, y en las respuestas a los medios ha dicho que todavía no se ha reunido con Casado.
Espera hacerlo en «próximos días», y cuando ocurra tratarán la composición de la Mesa del Congreso, para la que el PSOE y Unidas Podemos meditan fórmulas que logren la exclusión de Vox.
La formación de Abascal se convirtió en las elecciones del 10 de noviembre en la tercera fuerza política gracias a sus 52 escaños.
Preguntado por esa posible exclusión de la Mesa, el líder de Vox ha reconocido que no le sorprende lo que ha denominado un «cordón sanitario».
Ha encuadrado a su partido en el respeto al orden constitucional frente al «contexto de triple blanqueo» de socialistas y de Podemos.
Blanqueo, según sus palabras, del «comunismo totalitario» de Podemos, de la «corrupción socialista» que ha revelado la sentencia de la macrocausa de los ERE y del «separatismo».
Para que Vox quede fuera de la Mesa es clave la posición del PP. Si ambas formaciones pactan cómo estar representados, los de Abascal estarán dentro, ya que podría acordar un trasvase de votos para la obtención de al menos un puesto, bien una vicepresidencia, o bien una secretaría.
La Mesa del Congreso es el órgano que gobierna la Cámara. Estar en ella es fundamental para intervenir en la gerencia interna y en la ordenación de los debates, incluida la selección de los proyectos legislativos que se debatirán.
La forman nueve diputados, entre ellos quien ejerza la Presidencia.