El juicio contra Mustaphá el F. comienza el lunes en la sección segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia, donde la Fiscalía lo acusa de los delitos de proposición (conspiración) para asesinato terrorista e integración en organización terrorista.
Según el escrito de conclusiones del Ministerio Público, ya había descargado los mapas de las zonas en las que planeaba atentar con el objetivo de causar la muerte de forma indiscriminada del mayor número de personas posible: la Puerta del Sol y lugares adyacentes, el Museo del Prado, el Matadero y el Museo del Ferrocarril.
También se sentarán en el banquillo los hermanos Mohsin y Anouar H., para los que la Fiscalía pide doce años de prisión por integración en organización terrorista.
Los tres fueron detenidos el 5 de diciembre de 2017 y enviados a prisión provisional dos días después.
Según el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, Mustaphá el F. nacionalizado español, había asumido los postulados «más radicales y violentos del salafismo», se había adherido a la yihad armada y tenía voluntad de cometer actos violentos.
Había prestado juramento de fidelidad al Daesh y estaba «decidido y resuelto a pasar a la acción».
Consideraba que España era enemiga del califato universal y así se lo hizo saber a un agente encubierto, al que meses antes de su detención, desconociendo su identidad, envió un vídeo titulado «El Estado del Islam seguirá, maravilloso»
Según el Ministerio Público, se vio reforzado en sus intenciones por el atentado de las Ramblas, que tuvo lugar en agosto de 2017.
Para la ejecución de su plan se propuso obtener la colaboración de una joven granadina llamada Amira Chafchaf, sin saber que se trataba un agente encubierto, y le envió varios vídeos de atentados yihadistas.
Su labor de proselitismo y captación para la yihad era extensa, según la Fiscalía, que desgrana las comunicaciones interceptadas por los investigadores en Facebook, WhatsApp y Messenger.
También eran muy activos los hermanos Mohsin y Anouar, que compartían piso en Figueres (Girona), y también ellos entraron en contacto sin saberlo con el agente encubierto informático, al que enviaron un vídeo de enfrentamientos armados yihadastas y otra información.
Como Mustaphá, habían prestado juramento de fidelidad al Daesh y estaban decididos a pasar a la acción, disposición que la Fiscalía sustenta en los vídeos, mensajes, búsquedas y descargas halladas en sus móviles y ordenadores.
Mohsin se grabó mientras conducía y cantaba un cántico yihadista anunciando su muerte como mártir y despidiéndose de su familia y su hermano guardó dos fotografías suyas en las que escribió «Somos de Alah y a él regresaremos» y «Lo consideramos un mártir y Alah la última consideración».
Ambos, según la acusación, se habían formado en el manejo de explosivos y armas a través de Internet.
Además de las penas de prisión, la Fiscalía solicita treinta años de inhabilitación absoluta y especial para trabajar en el ámbito docente, deportivo o de tiempo libre para Mustaphá y veintidós años para Moshin y Anouar.