Este órgano, presidido por Manuel García Bofill y compuesto por más de 150 miembros, pondrá también fecha a la Asamblea extraordinaria que tendrá lugar no antes del 10 de marzo en cumplimiento con los plazos establecidos en los estatutos.
A partir de mañana, la Ejecutiva que estaba en funciones desde el pasado 11 de noviembre, cuando dimitió Albert Rivera por el desastre electoral de Cs, queda disuelta y toma las riendas la gestora, que estará compuesta por entre 10 y 15 miembros.
Bofill es el encargado de configurar esta lista que, según apuntan varias fuentes consultadas, será continuista con la dirección saliente ya que consideran que es lo más adecuado para este periodo de transición.
Sin embargo, otras fuentes opinan que lo que se pretende con una candidatura en sintonía con la Ejecutiva anterior es «controlar todo el proceso» de la Asamblea.
La lista solo saldrá adelante si tiene el apoyo de una mayoría de dos tercios de los miembros del Consejo General, el máximo órgano del partido entre Asambleas.
De este modo, Ciudadanos da los primeros pasos para organizar el relevo de la ejecutiva y los cambios estratégicos que decida ésta para reflotar al partido naranja, que el 10N se hundió en la irrelevancia tras pasar en tan solo seis meses de 57 a diez escaños.
Arrimadas ya ha dado el paso de postularse, aunque formalmente no ha presentado su candidatura para sustituir a Rivera y además tiene que ser elegida por la militancia en primarias, que no serán hasta un par de semanas antes del cónclave.
La primera mujer que logró en Cataluña ganar unas elecciones autonómicas, aunque los independentistas consiguieron sumar mayoría absoluta, es quien concita ahora el mayor consenso entre los dirigentes para que Ciudadanos recupere el peso político que ha llegado a tener.
Aunque se ha mantenido leal durante todo este tiempo a Rivera y ha asumido todos sus posicionamientos, incluida la decisión de mantener hasta casi el final el discutido veto a Pedro Sánchez, Arrimadas pasa página y arrancará con un nuevo equipo en el que todo apunta que no estará ninguno del «núcleo duro» de Rivera.
Ni José Manuel Villegas, secretario general del partido, ni Fernando de Páramo, secretario de Comunicación, que ya han dimitido de sus cargos y han mostrado su disposición a abandonar la vida política.
También esta semana presentaba su renuncia el secretario de Organización, Fran Hervías, pero en su caso, tal como puso de manifiesto en su carta de despedida, se ponía a disposición del partido para seguir aportando «su granito de arena» al proyecto.
Aparentemente, la dirigente catalana daba por cerrada la etapa de Hervías en la Ejecutiva al despedirle en Twitter agradeciéndole su dedicación, pero algunas fuentes de Cs han dicho que sabe «muchas cosas del partido» y no descartan que Arrimadas se vea obligada a mantenerle en la Ejecutiva, aunque fuera con otro cometido.
Del resto de la dirección, otras fuentes han señalado que hay nombres, como el de Melisa Rodríguez y Patricia Reyes, que no han logrado revalidar sus escaños, pero que podrían formar parte del círculo más cercano de Arrimadas.
Un círculo en el que despunta como uno de los pesos pesados José María Espejo, hasta ahora secretario de Acción Institucional y uno de los grandes apoyos de Arrimadas durante su época en el Parlamento de Cataluña.
Ahora con escaño en el Congreso tras la renuncia de De Páramo, Espejo ocupará además la secretaria general del grupo parlamentario.