viernes, noviembre 22, 2024
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Pedro Sánchez, investido presidente del Gobierno

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Pese a los nervios de última hora, no ha habido sorpresas y la investidura de Sánchez ha salido adelante en esta segunda votación en la que el candidato socialista ha sumado 167 síes -PSOE, Unidas Podemos, PNV, Más País, Compromís, NC, Teruel Existe y BNG- frente a 165 votos en contra -PP, Vox, Cs, JxCat, UPN, CUP, PRC, Foro y CC- y las dieciocho abstenciones de ERC y EH Bildu.

La bancada socialista y la de Podemos se ponían en pie para aplaudir al nuevo presidente en cuanto la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, leía este resultado ajustado que hace a Sánchez presidente por la vía ordinaria, ya que su llegada a La Moncloa, año y medio atrás, fue con una moción de censura.

Con gritos de «presidente, presidente» de los socialistas y de «sí se puede» de la bancada de Unidas Podemos, los diputados de los dos partidos que van a conformar la coalición expresaban su alegría.

Esta misma tarde, Batet ha acudido al Palacio de la Zarzuela para informar al Rey de la investidura de Sánchez, que prometerá mañana su cargo ante el monarca.

No obstante y pese a lo que fuentes del Gobierno había avanzado inicialmente en los últimos días, habrá que esperar hasta la semana que viene para conocer en profundidad al nuevo Ejecutivo, ya con Unidas Podemos en el gabinete.

Más allá de los detalles del nuevo Consejo de Ministros, en su última intervención en el debate antes de ser elegido, Sánchez lamentaba el bloqueo político que ha vivido el país durante meses y prometía promover cambios legales que impidan que vuelva a repetirse una situación como ésta.

Por eso ha apostado por encontrar «fórmulas para facilitar en el futuro la formación de mayorías de Gobierno frente a las mayorías de bloqueo».

«Sin parlamento no puede haber un gobierno democrático pero sin gobierno electo tampoco un parlamento» que funcione, y sin ambas cosas «el sistema se resiente», ha añadido Sánchez, quien también ha lanzado duros reproches a la derecha por su comportamiento de estos días.

Así, ha acusado a los partidos de la derecha de «haber tensionado» en los últimos días «para ver si por algún lado aparecía una nueva oportunidad» que impidiera su investidura. «Pues no ha funcionado», ha concluido.

Y les ha advertido de que tienen dos opciones, o «seguir en el berrinche o aceptar el resultado» electoral. «Les recomiendo que acepten lo segundo», les ha dicho.

«Esta Cámara no es suya», ha dicho Sánchez a los partidos de la oposición al final de este debate de tres días que ha tenido durísimos momentos de tensión, especialmente el domingo cuando PP, Vox y Ciudadanos arremetieron contra Bildu por sus críticas al rey.

Su socio de coalición y futuro vicepresidente, Pablo Iglesias, mandaba un consejo a Sánchez, que frente a los «intolerantes» y los «provocadores», los que quieren «llevar a España al pasado», el presidente tenga «el mejor tono y la mayor firmeza democrática».

Además, frente a los ataques de PP y Vox, Iglesias ha acusado a los líderes de estos partidos, Pablo Casado y Santiago Abascal, de convertirse en «la mayor amenaza contra la monarquía en España».

«Si algo sabía Juan Carlos I, que venía de donde venía y que fue rey por lo que fue rey, es que solamente alejándose de la derecha la institución podría pervivir», ha dicho Iglesias.

No ha habido en esta última sesión tanta tensión como en las dos anteriores, y sí momentos muy emotivos como cuando la diputada de En Comú Podem Aina Vidal, que faltó los dos primeros días del debate por el cáncer que padece, ha recibido el aplauso de la mayoría de la Cámara tras escuchar el agradecimiento de Pablo Iglesias por acudir a votar.

Y aunque no ha imperado la crispación como el sábado y el domingo, se han mantenido los mismos reproches entre los partidarios y los detractores de la investidura.

Así, el líder del PP, Pablo Casado, ha acusado a Sánchez de «cambiar el régimen» de la Constitución de 1978 con tal de mantenerse en el poder y de haber dejado el futuro de España en manos de sus dos «grandes enemigos: los golpistas y los independentistas».

«Su única patria es usted», ha espetado Casado a Sánchez, al que incluso ha llamado «ultra».

Desde Vox, Santiago Abascal ha insistido en que el Gobierno que va a presidir Sánchez es «ilegítimo» , mientras que la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, acusaba a Sánchez de comenzar a gobernar con «temeridad y mentira».

Pero las palabras más sorprendentes de la oposición no han llegado hoy desde la oposición, sino desde uno de los grupos que ha hecho posible la investidura, ERC.

«Me importa un comino la gobernabilidad de España», ha dicho la diputada de Esquerra Montserrat Bassa, hermana de la exconsejera de la Generalitat Dolors Bassa, una de las encarceladas por el «procés».

La parlamentaria ha vuelto a reclamar la libertad de todos los «presos políticos» y advertía de que ella votaría no, pero se abstiene, como el resto de ERC, para favorecer el diálogo.

Antes de comenzar la votación, la portavoz socialista, Adriana Lastra, ha criticado el «matonismo» de la oposición. Lastra había anunciado a primera hora de la mañana que el PSOE piensa acudir a los tribunales por las amenazas y coacciones a sus diputados socialistas para que no apoyaran la investidura.

Y tras la votación, se ha sabido que Coalición Canaria ha iniciado un procedimiento para decidir si abre expediente disciplinario a su diputada en el Congreso Ana Oramas, que ha votado en contra a pesar de haberla pedido que abandonara su escaño si no respetaba la orden de abstenerse.

La diputada, desde la tribuna, ha pedido disculpas a sus compañeros de formación política por la forma en la que conocieron su decisión de votar no.

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