El documento, suscrito por la Secretaría General del Senado, fue encargado por la Mesa cuando el pasado mes de septiembre el senador de Coalición Canaria Fernando Clavijo solicitó formalmente adoptar medidas para acabar con los envases de plástico a fin de que la Cámara pudiera dar ejemplo de su compromiso con el medio ambiente.
Se trata de avanzar hacia una política de «plásticos cero» para la cual la institución ya ha dado algunos pasos, como se constata en el informe, donde se consignan las asignaturas pendientes en la materia y se refieren las limitaciones jurídicas que retrasan su completa eliminación.
Y ello porque, recuerdan los servicios de la Cámara Alta, muchos de estos objetos no son suministrados por el Senado, sino por las contratas de restauración, venta automática y limpieza que operan en sus dependencias.
Por el momento no es posible obligar a estas empresas a sustituirlos por otros más sostenibles, al menos hasta que no hayan vencido sus actuales contratos.
Además, la directiva europea de junio de 2019 para la reducción de determinados productos de plástico en la UE todavía tiene que ser traspuesta a todos los Estados europeos y debe hacerse de manera «armonizada», de modo que «la prohibición de determinados productos no podrá adelantarse a antes del 3 de julio de 2021».
Hasta entonces, el dictamen remarca que «aún no cabe hablar de obligaciones» al respecto en el ordenamiento jurídico, sin perjuicio de que algunas autonomías, como Baleares, Comunidad Valenciana, Navarra, Cataluña o Canarias, se hayan «adelantado» al legislar en favor de la política «plásticos cero».
No obstante, actualmente en el Senado apenas se consumen productos de plástico de un solo uso como los que quiere vetar la UE (vasos, envases de alimentos, cubiertos, platos, bandejas, envases de agua y refrescos, pajitas, bolsas o cápsulas de café).
El informe concluye que «la mayoría de productos de plástico de un solo uso u oxodegradables» recogidos en la directiva europea «no son utilizados actualmente en la Cámara», que en los últimos meses ha suprimido el consumo de cubiertos de plástico, palillos, bolsas o pajitas.
De hecho, nunca se emplean cubiertos de este tipo, las bandejas del autoservicio son de madera o metal, las pajitas se han cambiado recientemente por otras de cartón, los palillos por otros de madera y la empresa que gestiona el restaurante ofrece bolsas de férula de patata.
«Únicamente quedan pendientes dos productos: los vasos de plástico contiguos a las fuentes dispensadoras de agua y los envases de comida para llevar suministrados por el servicio de restauración del Senado», advierte el documento.
En ambos casos, los servicios de la Cámara proponen «buscar la solución más adecuada» pero «respetando, en el corto plazo, los marcos contractuales que rigen el suministro de tales productos» y constatan que en los últimos años el Senado ha ido adoptando medidas para garantizar el «correcto tratamiento» de estos residuos.
En suma, el informe estudiado por la Mesa sugiere abordar mejoras para reducir aún más los plásticos en el Senado.
Así, se plantea establecer medidas concretas en los nuevos pliegos de contratación de suministros, adoptar «medidas de concienciación» para los trabajadores de la Cámara sobre la necesidad disminuir el consumo de plástico y también aumentar el número de contenedores para los que aún se utilizan.
El senador Clavijo también pedía que se vetara el uso de plástico en todos los actos que se celebran en el Senado, ante lo que se propone advertir a los organizadores de eventos no parlamentarios (como entregas de premios o presentaciones de libros) que no deben emplear los productos incluidos en la directiva europea.
La Mesa, finalmente, acordó incorporar todas estas medidas al futuro plan de gestión medioambiental sostenible en el Senado 2020-2023.
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