El promotor de estas viviendas, Haibu 4.0, ha anunciado su intención de construir 10 promociones con hasta 579 plazas en la ciudad de Madrid y en el municipio de Pozuelo y, según han señalado fuentes de la compañía, prevé terminar las primeras a largo de este fin de semana.
Los pisos cuentan con habitáculos individuales de 1,2 metros de altura (no es posible estar de pie) y una superficie de 2,2 por 1,2 metros, por 215 euros mensuales; «medios», donde la altura sube hasta los 2,5 metros; y «dobles», con espacio para dos camas o una cama junto a una cuna, 315 euros. Estos habitáculos se apilan unos encima de otros.
Si todo va según lo previsto los primeros se presentarán la próxima semana, han señalado fuentes de la compañía, que asegura que los pisos cuentan con varias licencias, entre ellas de hospedaje, mientras que el resto son «ocultas».
Sin embargo, desde el Ayuntamiento madrileño, gobernado por PP y Cs, niegan que estas viviendas tengan permiso, y advierten de que tampoco podrán tramitarlo porque incumplen la normativa municipal que fija las condiciones mínimas de habitabilidad.
Desde Desarrollo Urbano, el área que dirige Mariano Fuentes (Cs), han anunciado el inicio de una campaña de inspección urbanística para frenar esta iniciativa y alertan a los vecinos: «Cuidado con invertir en algo que es ilegal».
El ayuntamiento ha asegurado que Haibu 4.0 no se ha puesto en contacto con ellos, mientras que desde la compañía han señalado que el Consistorio niega la existencia de permisos por «motivos políticos». Defienden que «el Ayuntamiento tiene toda la información» que «se les ha entregado mediante el registro de entrada oficial».
«Saben que cuando estén abiertas la gente les preguntará ¿por qué no abre más casas el ayuntamiento?», afirma Haibu 4.0, que tarda 15 días en construir cada promoción.
En su web destacan que solo piden la mensualidad para entrar a vivir y fijan los requisitos para ser admitido: no se puede fumar; solo podrán entrar a vivir trabajadores y estudiantes con trabajo; tienen prioridad residentes que ya hayan vivido en la ciudad; el rango de edad es de entre 22 y 63 años; y no se permite el consumo de drogas o alcohol en altas dosis, motivo de expulsión.
Se admiten bebés, niños y parejas que, sin embargo, dormirán en distintos pisos de estos ‘nichos’ para no molestar a los vecinos.
Las relaciones sexuales entre residentes están prohibidas y en el precio de los habitáculos, además de los gastos, se incluye un «coach».
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