La Audiencia Nacional ha reanudado este viernes el juicio de Luis Pineda, del secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, y de otros ocho acusados de integrar una trama de extorsión, por los que los dos primeros se enfrentan a peticiones del fiscal de 118 y casi 25 años de prisión.
Están acusados de extorsionar a bancos, cajas de ahorros y empresas a cambio de importantes cantidades de dinero para no publicar informaciones desfavorables y para retirar acusaciones en causas judiciales como la seguida contra la infanta Cristina en el caso Nóos.
Pineda ha negado que hubiera participado en chantajes a diversas entidades sobre las que le ha interrogado en la jornada de este viernes el fiscal, como Banco Santander, Banco Sabadell, Caixabanc, Caja España, Liberbank, Caja Jaén, Unicaja, RCI Banque, Nissan, Volkswagen, entre otras.
El fiscal mantiene en su escrito de acusación que Miguel Bernad envió en mayo de 2015 un correo a Ana Botín en el que le solicitaba una reunión «para comentarle la existencia de posibles acciones injuriosas respecto a la muerte de su padre y anterior presidente del Banco, Emilio Botín».
El fiscal añade que Bernad quien tenía preparada una denuncia para presentar en los juzgados de Madrid y una solicitud de comparecencia ante la Fiscalía General del Estado.
En las mismas pedía que se investigara a «los posibles autores materiales en el homicidio de Emilio Botín y otras personas como presuntos colaboradores necesarios, cómplices y encubridores», añade el fiscal.
Explica que Manos Limpias basada dicha denuncia en un acta de manifestación realizada por una persona que «habría relatado de forma detallada la forma en la que murió Emilio Botín».
Luis Pineda ha declarado que «en esos momentos, con el fallecimiento de Emilio Botín, había tensiones en el Consejo de Administración del Banco de Santander y según parece alguien había hecho una declaración por escrito ante notario contando una locura».
El fiscal mantiene que el director de Comunicación del banco instó a Pineda para que le trasladara a Bernad lo rocamblesco del tema y que no airease públicamente el asunto y finalmente Manos Limpias no presentó la denuncia.
Pineda ha reconocido que el director de Comunicación del banco le pidió que se enterara si alguien había presentado una denuncia sobre este asunto motivo por el que habló posteriormente con Miguel Bernad.
El presidente de Ausbanc ha recordado: «Miguel Bernad me dijo que le había llegado una cosa gravísima. El tema era aparentemente muy serio, lo que pasa es que era todo una locura, que si había matado a Emilio Botín su hija».
«A Miguel Bernad le dije que no podía ser que se metiera en todos los charcos y le indiqué que esto era manchar el nombre de una persona que había muerto y de su familia», ha asegurado Pineda.
Según el fiscal, Pineda y Bernad comparecieron el 28 de mayo de 2015 en la Fiscalía General para entregar el escrito que les había llegado y un documento en el que expresaban: «Esta insensatez queda cerrada para este sindicato y esperamos que la Administración de Justicia no gaste fondos públicos en este asunto».
Según la Fiscalía «los acusados consiguieron que Banco Santander continuase patrocinando y publicitándose en Ausbanc».
Al comienzo de la sesión el tribunal ha rechazado la petición del abogado de Pineda, Miguel Durán, a la que se ha sumado las defensas de Bernad y de la mayoría del resto de acusados de suspender el juicio para realizar una instrucción complementaria ante las nuevas revelaciones del caso Villarejo tras ser levantado el secreto de la pieza referida al BBVA.
Durán ha señalado que la documentación del caso Villarejo refleja que la investigación del caso Ausbanc surgió de un complot a través de una denuncia anónima falsa que el excomisario José Villarejo presentó en la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional por encargo del BBVA cuando este banco lo presidía Francisco González, a cambio de una importante cantidad de dinero.
El letrado ha añadido que en el caso Villarejo consta un documento que hace referencia a una comida el 7 de enero de 2015 en el complejo policial de Canillas de Madrid en la que se diseñó la estrategia para actuar contra Pineda en un momento en el que Ausbanc estaba ganando casos contra cláusulas abusivas de bancos.
Miguel Durán ha apostillado: «El documento señala que en dicha comida participó Francisco González y la cúpula policial y entendemos que ahí estaba también Ignacio Cosidó», entonces director general de la Policía.
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