La propuesta de Urkullu es que el «verano cultural» empiece el 1 de junio, con unos criterios de seguridad que debe aprobar el departamento de Salud y que se incorporarán al Plan de Transición a la Nueva Normalidad del Gobierno Vasco.
Los principales criterios generales que se proponen son exigir una distancia mínima entre las personas, evitar aglomeraciones en los desplazamientos y medidas de limpieza e higiene que se harán cumplir de manera estricta.
«Las instituciones vascas no organizarán ni apoyarán eventos, actuaciones, fiestas, festivales, o espectáculos que no puedan garantizar dichas medidas», avisan.
En la reunión también se han comprometido a impulsar y organizar iniciativas que hagan posible «la vida social, el consumo cultural y el ocio en lugar de aquellas que deban ser suspendidas».
Estos criterios serán de obligado cumplimiento en diversos ámbitos que tienen incidencia en la vida sociocultural y en el ocio durante los meses de verano, desde la apertura de museos y centros culturales, hasta la celebración de espectáculos deportivos o festividades religiosas.
El Gobierno Vasco ha recordado que estos criterios estarán sometidos a una revisión periódica y serán actualizados en función de la evolución de la pandemia de coronavirus y que será responsabilidad de cada institución, en función de sus competencias, tomar las decisiones concretas.
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