Así se ha aprobado en la comisión de Asuntos Institucionales de la cámara catalana, en la que todos los grupos han avalado la comparecencia de Mas excepto JxCat, que se ha abstenido.
De la pena dictada por el Supremo se desentiende el PDeCAT al no considerarse «continuador» de la antigua Convergència, si bien el 8 de julio de 2016 la antigua CDC bajó la persiana como partido activo en un congreso de clausura celebrado minutos antes de inaugurar el congreso fundacional de su partido heredero, el PDeCAT.
A partir de ese momento, Jacint Borràs, uno de los fundadores de Convergència, pilotó CDC en su nueva fase de hibernación, ya sin actividad política, en la que mantuvo una estructura reducida, vinculada jurídicamente al PDeCAT por un acuerdo de transitoriedad.
Si no se disolvió del todo en ese momento el viejo partido fue porque sobre él pesaban obligaciones como la deuda o el patrimonio, afectado por el caso Palau, con 15 sedes embargadas que se pusieron a disposición del juez para asegurar su eventual responsabilidad civil.
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