La vuelta a la ‘nueva normalidad’ en la que Galicia entró el pasado lunes está siendo lenta y pausada para buena parte de los ciudadanos, entre los que, desde luego, no se encuentran los aspirantes a la presidencia del Gobierno autonómico, pues todos, como sus asesores han contado, han retomado con intensidad la agenda que un patógeno frenó en seco hace tres meses.
A principios de marzo, antes incluso del estado de alarma, la precampaña de los frustrados comicios del 5 de abril sufrió un parón brusco. Hoy, entre muchas medidas de seguridad, todos los que están en esa batalla han vuelto a engrasar su maquinaria electoral.
Con todo, el periodo de confinamiento no fue, ni mucho menos, tiempo de descanso para los líderes de los principales partidos de Galicia que, de una forma u otra, han estado permanentemente conectados mediante el uso de diferentes dispositivos.
Pese a que la actualidad política y electoral desapareciese de la escena, máxime después de que el 17 de marzo quedasen suspendidos los comicios previstos para abril, el contacto entre los candidatos fue más estrecho de lo que era antes de la pandemia.
Una vez decretada la alerta sanitaria en Galicia, Núñez Feijóo decidió asumir todo el protagonismo del Gobierno gallego al entender, y son sus propias palabras, que “una pandemia no se delega”.
De forma semanal, se ha estado entrevistando Feijóo con los comités de expertos sanitarios y económicos y ha participado en los encuentros de cada domingo con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aparte de presidir la reunión habitual del Consello de la Xunta para aprobar las medidas que Galicia debía activar por la necesidad de hacer frente a la Covid-19.
El 18 de mayo hizo uso de su prerrogativa como máximo mandatario autonómico y marcó en rojo el segundo domingo de julio como fecha de los comicios; esto suscitó rechazo entre sus contrincantes, que han atacado a Feijóo, además, por las múltiples horas de las que se ha servido para dirigirse a la población gallega.
Desde las sedes del resto de partidos no tenían esa posibilidad, aducen, pero el ritmo de trabajo ha sido, aunque menos visible, intenso. Unos y otros se han afanado en elaborar un programa electoral que sirva para afrontar la situación posterior a la emergencia sanitaria.
Gonzalo Caballero, el líder del PSdeG, afrontó los primeros días del confinamiento con su familia en la residencia que posee en la ciudad de Vigo y de la que no salió hasta que las obligaciones políticas se lo exigieron.
Como es el portavoz del grupo de los socialistas en el Parlamento, se desplazó a Compostela para participar en las respectivas reuniones de la Diputación Permanente que acogió la Cámara.
En el ámbito orgánico, las circunstancias obligaron a que el PSdeG celebrase la primera reunión telemática de su Ejecutiva, algo hasta entonces insólito en la historia de la formación gallega. Una vez se avanzó en la desescalada, Caballero recuperó enseguida su ronda habitual de contactos con los cargos institucionales y con los distintos sectores de la ciudadanía de Galicia con el objetivo de movilizar al electorado progresista.
Antón Gómez-Reino, el candidato de Galicia en Común-Anova Mareas fue el primero de todos en ponerse en cuarentena tras haber dado positivo por coronavirus. Las reuniones con su equipo y sus encuentros con la militancia fueron, por tanto, siempre de forma telemática desde su domicilio en A Coruña.
En el enclaustramiento vivió un momento muy feliz, pero tuvo que conformarse con las imágenes que llegaron a su pantalla. El 6 de abril nació su segunda hija, una niña llamada Maitén, a la cual todavía no conoce porque llegó al mundo en Argentina, de donde es natural la madre de la pequeña.
Con la reactivación de la actividad en el Congreso de los Diputados, Gómez-Reino se desplazó en varias ocasiones a Madrid, donde mantiene el acta y ejerce como presidente de la Comisión de Trabajo, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
En el terreno personal, la líder del BNG, Ana Pontón, aprovechó para pasar tiempo con su bebé, Icía, que nació el pasado enero. Su compañero y ella la cuidaron en su casa de Santiago de Compostela.
Precisamente desde allí trabajó de forma telemática todos los días, incluidos fines de semana y festivos de Semana Santa. La formación nacionalista se reunió con representantes de multitud de sectores para dar forma a un nuevo programa electoral porque, entiende Pontón, las necesidades no son las mismas ahora que hace tres meses.
Una vez se permitió la movilidad entre provincias, la candidata del Bloque aprovechó para ver a sus parientes en Sarria (Lugo), a quienes en esta etapa, aunque con menores restricciones, no podrá dedicar por razones evidentes el tiempo que le gustaría.
La cuarentena fue un momento de reflexión para el candidato de la Marea Galeguista, Pancho Casal, que tras implicarse en las negociaciones para la suspensión y posterior reactivación de los comicios, optó por presentarse a las elecciones del 12 de julio pese a que su formación no concurría a los comicios previstos para el 5 de abril.
A la periodista Beatriz Pino, candidata de Ciudadanos, el decreto del estado de alarma la sorprendió en Madrid, por lo que convirtió el salón de su piso en una especie de sede en la que organizar reuniones y encuentros virtuales.
De vuelta en Galicia, sus salidas son limitadas todavía, pero piensa consagrarse, y de lleno, a la hazaña del 12J.
Sandra Sánchez