jueves, noviembre 21, 2024
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El Gobierno y el PP se acusan de usar a «los muertos» como argumento político

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El cruce de acusaciones se ha producido en esta pregunta-respuesta que han protagonizado en el Congreso la vicepresidenta primera y la portavoz parlamentaria del PP, Cayetana Álvarez de Toledo.

Sus reproches mutuos han dejado en segundo plano el intercambio de apelaciones al consenso y de críticas que una semana más se han lanzado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de los populares.

En estos días en los que los Estados de la UE negocian el detalle del fondo de recuperación y los grupos parlamentarios hablan sobre las bases de la reconstrucción, Sánchez ha pedido al PP que «arrime el hombro» y que apoye a su Gobierno en Bruselas en vez de secundar documentos «ignominiosos» críticos con la democracia española.

El apoyo que ha demandado el presidente no se encaminaría sólo a lograr que el fondo que propone la Comisión Europea, de unos 750.000 millones, llegue en las mejores condiciones, sino también a la implantación de la llamada «tasa Google», lo que ha enturbiado las relaciones con Estados Unidos.

Casado también ha mezclado las apelaciones al acuerdo con las críticas a la gestión de la pandemia por parte del Gobierno.

Según sus palabras en el hemiciclo del Congreso, el líder del PP ha cuestionado las medidas económicas de Sánchez porque abocan al país a la «debacle», especialmente por no tener acordada la prórroga de los ERE en las empresas.

«Usted -a Sánchez- pide la adhesión incondicional, pero acto seguido rechaza la mano tendida…Solo se le pide responsabilidad (en Bruselas) de cara a las futuras generaciones», le ha espetado Casado.

El recurso a las cifras de fallecidos por coronavirus, más de 28.000 de acuerdo con las aportadas por el Ministerio de Sanidad, proporcionadas a su vez por las comunidades autónomas, apenas ha ocupado tiempo en el duelo dialéctico de Casado y Sánchez.

Pero el presidente lo ha mencionado: «Me conmueven sus palabras -del líder del PP-, pero después están sus actos…como los argumentarios…para utilizar los muertos de la COVID en contra del Gobierno de España».

El supuesto uso de las cifras de muertes por COVID-19 sí que ha sido el eje de las intervenciones de Carmen Calvo y de Cayetana Álvarez de Toledo.

La portavoz de los populares en el Congreso ha asegurado que el acto organizado por el Gobierno para el 16 de julio en Madrid, al que acudirán el rey y autoridades internacionales, es ante todo «un homenaje a sí mismos».

Según su versión, el número de fallecimientos puede que esté más cerca de los 45.000 a tenor de las estimaciones de algunos organismos, así que ese «homenaje al enfermo desconocido» lleva camino de parecerse a un acto «parcial y mutilado», pensado para el «60 por ciento de las víctimas», ha dicho.

Em opinión de Álvarez de Toledo, hay un desfase de 13.000 muertes «en el limbo» o, parafraseando al «doctor -Fernando- Simón», «por ahí». «Es un abismo moral», ha apostillado antes de acusar al Gobierno de ocultarse tras una «conveniencia política inhumana».

En las apelaciones al consenso, en las declaraciones a favor de acuerdos que cimenten las reconstrucción, Calvo no ve a Álvarez de Toledo, según sus palabras. «Usted ha elegido hacer política con los muertos».

Detrás de esta estrategia de «imputaciones constantes» al Ejecutivo respira, ha dicho, la negación del propio Ejecutivo. Es eso lo que late en las acusaciones de Álvarez de Toledo, al parecer de la vicepresidenta: El rechazo a lo que sucedió en el Congreso el día de la investidura de Pedro Sánchez.

Como cada miércoles con sesión de control del Congreso, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha preguntado al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias.

También ha habido alusiones en este cruce de declaraciones a las cifras de fallecidos, pero el número dos de los populares ha optado por centrar su oposición en la investigación del «caso Villarejo». Iglesias ha pedido al PP que vaya a los tribunales.

El vicepresidente, sin embargo, ha aprovechado otra pregunta, la del portavoz adjunto de Cs, Edmundo Bal, para defender la gestión del Gobierno a lo largo de la pandemia y a pesar de «algunas cosas mal» que ha reconocido que se han podido cometer.

No ha sido tan entusiasta cuando Sánchez ha defendido los gobiernos de Felipe González, ya que no ha aplaudido las menciones del presidente al respecto.

La figura del expresidente ha sobrevolado por el hemiciclo debido a la pregunta del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, convencido, según ha manifestado, de que muchos socialistas se avergüenzan de quien fue su líder durante tantos años.

La Mesa del Congreso rechazó ayer abrir una comisión de investigación sobre González y presuntas conexiones con los GAL.

Sánchez ha salido en defensa de su antecesor. Uno de sus logros, ha subrayado, ha sido la modernización del sistema público de salud.

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