«Son los mejores que podíamos tener», ha ratificado el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, quien ha apoyado con su presencia la edición más incierta de este ciclo en sus 36 años de historia, la primera que asume como director Ángel Murcia.
Zarzuela, flamenco, copla, música «indie», danza, poesía, astronomía y hasta una novedosa noche de «voguing» conformarán una programación «ecléctica para todo tipo de públicos, edades y gustos», ha subrayado la delegada de Cultura del Ayuntamiento, Andrea Levy.
«No son los veranos que nos hubiese gustado realizar, pero dentro de las limitaciones son dignos de lo mejor para los madrileños», ha insistido la dirigente del PP, «emocionada» por resarcirse de alguna manera de la cancelación completa de las fiestas de San Isidro en mayo, también por la pandemia.
La Compañía Nacional de Danza inaugurará el ciclo el próximo 29 de julio con un programa que rinde tributo a los sanitarios por su entrega y profesionalidad durante la crisis y que supone la vuelta a los escenarios de la ciudad de Joaquín De Luz a petición del festival.
Bajo el lema «Veranos de la Villa, gracias Madrid», será de hecho una edición completa dedicada a los sanitarios que lucharon contra la enfermedad, por lo que contará en cada velada con asientos gratuitos para ellos, según han anunciado sus responsables.
La clausura, programada para el día 30 de agosto, correrá a cargo de Carmen Linares, única mujer del arte flamenco ganadora de un Premio Nacional de Música, cuando celebra 40 años de carrera.
Entre medias, habrá tiempo para disfrutar de conciertos y espectáculos a cargo de Raül Refree y la fadista Lina (4 de agosto), Juan Valderrama (9 de agosto), María Pagés (14-16 de agosto), Petit Pop para los más pequeños (11 de agosto) o Cariño y Confeti de odio (28 de agosto).
Habrá tiempo para las veladas de suspense, tensión y reflexión, con malabaristas, equilibristas, acróbatas y músicos en colaboración con el Teatro Circo Price. Así, Circo Deriva traerá el 12 de agosto uno de sus espectáculos más exitosos, «Ya es tiempo de hablar del amor», y el 13 será el tiempo de «Gibbon», de Patfield & Triguero, primer espectáculo de circo nominado en la sección de danza del Festival Fringe de Edimburgo.
Entre las propuestas puramente escénicas, destacan algunas más tradicionales como la de «El diablo cojuelo» (6-8 de agosto), la popular obra satírica de Luis Vélez de Guevara, bajo la dirección de Aitana Galán.
Contrastará con ella la modernidad de «ATLAS maps of moves» (26 y 27 de agosto), de Dani Pannullo, que combina las fotografías de José Ortiz Echagüe con la energía de los cuerpos en movimiento en una coreografía cercana a la acrobacia, el «work out free-style», la técnica del «parkour», el «b-boying» y la lucha greco-romana.
Asimismo, en la víspera del cierre, el 29 de agosto, se celebrará una inédita noche dedicada a los «ballrooms» que en el Nueva York de los años 80 sirvieron de refugio al antirracismo y la defensa de los derechos LGTBI. Será con «Voguing de una noche de verano», de la mano de los herederos nacionales de esta tradición como Silvi ManneQueen, más conocida como Mother Spain.
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