Con ello, Canarias rebasa recién iniciado el segundo semestre el balance de entradas de todo 2019 (2.698 personas) y se sitúa en máximos en lo que respecta a este fenómeno desde 2008, en el final de la «crisis de los cayucos», cuando desembarcaron en las islas 9.181 inmigrantes, que al año siguiente se redujeron ya a 2.246.
En cambio, durante los primeros seis meses y medio de 2020 la entrada de inmigrantes irregulares por mar en España se ha reducido un 34,1 por ciento, al pasar de los 11.688 que se contaban a 15 de julio de 2019 a los 7.700 del pasado miércoles.
Ese descenso se debe la importante bajada que experimenta el tráfico de pateras por el Estrecho de Gibraltar y el Mediterráneo.
Hasta el pasado día 15, habían llegado a las costas de la península y Baleares o habían sido rescatados en aguas de su entorno 4.829 inmigrantes en 356 pateras, la mitad que el año anterior (un 55 % menos, con 6.027 llegadas menos).
La entrada de inmigrantes irregulares a esa fecha en España por vía marítima se completa con 66 llegadas a Ceuta (203 menos, -75,5 %) y siete a Melilla (-93,1 %, 94 menos).
También las entradas de inmigrantes irregulares por vía terrestre a Ceuta y Melilla se han reducido a la mitad con respecto a 2019, con 1.343 personas detectadas hasta el 15 de julio (-54,9 %, 1.635 menos).
De ellas, 179 corresponden a Ceuta (-68,6 %, 391 menos) y 1.164 a Melilla (-51,7 %, 1.244 menos).
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