A la salida del recinto, el patrón de la embarcación «Ledicia», José Romero, ha mostrado su satisfacción por poder regresar hoy a sus casas tras días «con la moral muy baja» al estar encerrados debido al confinamiento preventivo.
Sin embargo, los cuatro compañeros que aún arrojan positivo en las pruebas PCR continuarán en el albergue hasta confirmar que no están contagiados.
Tras detectarse un primer caso, diez marineros de las tripulaciones de los barcos gallegos el «Mar de Annea», el «Ledicia» y el «Sapilo» fueron llevados el pasado fin de semana al albergue para pasar la cuarentena.
El viernes se dio a conocer que un pescador de Burela que había llegado al Puerto de Santoña en un barco, para descargar el bonito de la costera que está ahora abierta, había dado positivo en la COVID-19.
El sábado se detectó que otros dos compañeros, de ese buque y de otros dos barcos, también gallegos y atracados en ese puerto, se habían contagiado, por lo que los tres y otros siete pescadores que iban en las embarcaciones fueron confinados en el albergue que el Gobierno de Cantabria ha habilitado en Solórzano.
La lista se incrementó el miércoles con un cuarto caso y a todos ellos se les repetirá el test la próxima semana, por lo que, en un principio, también se podrían marchar a sus lugares de origen si sale negativo.
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