Lo ha hecho en la rueda de prensa que ofrece todos los lunes para dar cuenta de la evolución de la pandemia en la que ha asegurado que las autoridades sanitarias siguen con «muchísima atención» el incremento de los positivos detectados en las últimas semanas ante la posibilidad «o no de tener que tomar medidas más importantes o tener que coordinar medidas entre distintas comunidades».
A preguntas de los periodistas, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) ha descartado volver al estado de alarma de forma «inminente», aunque ha admitido que «es una opción que no ha dejado de estar desde el mismo día en que se derogó».
No obstante, ha precisado que, de declararse, «el estado de alarma no tiene por que ser igual al que vivimos hace unos meses», porque la situación no es la misma, y además deben darse «unas condiciones mínimas» para instaurarlo.
Por lo tanto, no existe un aumento «clave» de los casos que justifiquen volver a él, sino que hay que ir valorando la evolución y saber «cuál es el deseo de las comunidades y si consideran que las medidas que están implementando pueden no ser suficientes y el Ministerio cree que tienen razón en ese punto».
Alrededor de 12 provincias están en fase ascendente -el resto están en una situación de estabilidad o descendiendo- y existen «muchos brotes abiertos», un total del 560, la mayor parte asociados al ocio nocturno, mientras que los vinculados a los temporeros «han disminuido sustancialmente en la última semana o 10 días», debido, en su opinión, a las medidas de los gobiernos autonómicos.
De ahí que haya valorado las nuevas restricciones al ocio nocturno en Aragón: «Lamento tener que decirlo porque a las personas que viven de él no les interesan estas restricciones, pero el ocio nocturno es uno de los riesgos a los que nos enfrentamos».
Sobre esta región, que ha comunicado 586 casos, Simón ha resaltado que sus datos no son «especialmente malos», pero la situación allí «no es fácil de valorar» porque la semana pasada tuvo problemas con las máquinas de PCR y se produjeron retrasos en los diagnósticos.
Con todo, las cifras «podrían indicar que estamos en el pico o muy cerca de él». «Si no hemos llegado no debemos estar muy lejos, pero tenemos que valorarlo en los próximos días», ha indicado.
Mientras, en Cataluña «parece que los casos se han estabilizado y están disminuyendo de manera ostensible» en Lleida, no así en Barcelona y su área metropolitana, una zona especialmente sensible junto a la de Madrid en las que «siempre es mejor excederse en las medidas que quedarse corto».
Madrid, que junto a Cataluña y Navarra no ha notificado hoy sus cifras por problemas técnicos, «llevaba varios días con un incremento muy suave pero constante»; en esta y en todas las comunidades tener una capacidad de detección precoz «debería ser una prioridad y no conseguirla debería ser un punto de desasosiego».
A su juicio, esta comunidad «está haciendo un esfuerzo por tener esta capacidad, ahora tenemos que ver si la tienen» porque, como ocurre en Barcelona, es un punto «sensibles» por la rapidez con la que la situación puede evolucionar.
Simón también ha valorado los esfuerzos que están haciendo todas las comunidades en las residencias de ancianos, pero ha pronosticado que brotes, «desgraciadamente, va a seguir habiendo».
Ahora los focos se detectan en estos centros más rápido y los casos diagnosticados proceden sobre todo de trabajadores, «pero el virus puede entrar en cualquier momento». «El virus sigue circulando».
Por último, el epidemiólogo ha avanzado que a finales de esta semana o principios de la próxima, las comunidades se pronunciarán sobre su interés en empezar a aplicar la radar COVID, una aplicación móvil de alerta de contagios de coronavirus cuyo programa piloto se ha llevado a cabo en la isla canaria de La Gomera entre el 29 de junio y 31 de julio.
Esta experiencia piloto ha demostrado que «técnicamente es posible hacer lo que se propone la herramienta», pero lo cierto es que se ha testado en una población real pero con «condicionantes artificiales», como son su prueba en una isla con una población pequeña.
«Hay que ver los resultados que puede dar en una población más realista», ha avisado para añadir que, no obstante, confía en que sea «una gran oportunidad para que nos sirva en futuras situaciones».
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