Este portavoz ha explicado que el brote afecta a doce trabajadores de las cocinas, que permanecen aislados tras dar positivo a la enfermedad, mientras que otros tres han sido puestos en cuarentena -a pesar de que en las pruebas PCR han dado negativo- debido a la cadena de contactos mantenida.
Estos contagios, de transmisión comunitaria debido a las relaciones interpersonales de los trabajadores fuera del centro hospitalario, no han afectado a la labor desarrollada por los alrededor de 200 trabajadores de la plantilla de cocinas del Miguel Servet, entre pinches, cocineros y personal auxiliar.
Nada más detectarse el brote, las autoridades sanitarias procedieron a realizar pruebas a los afectados, acordar el aislamiento de los positivos, realizar un estudio de sus relaciones personales y ordenar una cuarentena a casos sospechosos que dieron negativo en las pruebas PCR.
El Departamento aragonés de Sanidad ha hecho un llamamiento a la calma al descartar la posibilidad de una transmisión del coronavirus a los pacientes del centro a través de las comidas, debido a las severas medidas de seguridad alimentaria y de higiene en el trabajo.
En cualquier caso, las fuentes consultadas han insistido en que el brote tiene su origen fuera del centro hospitalario, en las relaciones personales de los afectados en su vida privada y no en el proceso de trabajo realizado en las cocinas.
Otras fuentes sindicales han hecho también un llamamiento a la tranquilidad tras insistir en la posibilidad de un contagio comunitario que podría derivarse de las relaciones de convivencia entre varios de los afectados.
AM