«Cada uno de los 45 diputados tendremos que decidir entre corrupción o dignidad, una dignidad que para algunos», Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez, nombrados consejeros naranjas, «tiene un precio: 76.000 euros anuales y un chófer en la puerta», ha señalado Martínez Vidal en una comparecencia en su sede en la que ha remarcado que ya no forman parte del grupo parlamentario.
Según sus palabras, los seis diputados de Cs en el Parlamento murciano firmaron la moción de censura el martes por la noche libre y voluntariamente, en una reunión de más de dos horas en la que cada uno pudo expresar lo que pensaba y ninguno manifestó estar en contra de la moción.
«Al contrario, comprometieron su voto a favor y durante dos días han ratificado constantemente esa voluntad. Los que hoy han dado este paso tendrán que retratarse ante todos y ante la palabra dada. Nuestros afiliados y votantes sienten vergüenza ante esta subasta de voluntades», ha dicho.
Ha desvelado que son sus concejales en el Ayuntamiento de Murcia y los tres diputados regionales que quedan en el grupo parlamentario -Juan José Molina, portavoz del grupo parlamentario; y Alberto Castillo, presidente de la Cámara; y ella- los que cuentan desde este jueves con protección policial del Ministerio del Interior ante posibles escraches.
«El seguimiento, las amenazas y el acoso a Cs en esta región es el triste resultado de luchar y denunciar la corrupción», pero «si los corruptos creen que van a intimidar a aquellos que realmente somos de Cs, se equivocan. Seguiremos luchando, con más fuerza que nunca, pensando siempre en lo mejor para todos los ciudadanos», ha añadido.
En su opinión, «hemos asistido al mayor caso de corrupción política en una región asolada por 26 años de Gobierno de un PP que ha hecho de esa corrupción una forma de entender la política».
Cs nació para combatirla y lo hará «hasta la extenuación, venga de donde venga» y se sumó al Gobierno de coalición con el PP «con la esperanza de propiciar un cambio en ese modo de entender la política y la gestión pública, pero ha sido imposible: nos han robado esa posibilidad», ha afirmado.
«Miramos entonces a la primera fuerza en la Asamblea para impulsar con ella la regeneración que demandaban los ciudadanos, indignados con el ‘vacunagate’, los contratos irregulares, el capitalismo de amiguetes, la red clientelar, el abuso de poder y la creencia de que la región es suya, su cortijo», ha agregado.
Finalmente, ha declarado que los murcianos «no merecen estos espectáculos en plena pandemia» cuando junto con el PSOE, Cs ofrece «un gobierno estable, fiable y transparente». EFE
N.G.