Moreno, que ha comparecido este miércoles tras la reunión del comité de expertos, ha argumentado esta decisión en el objetivo de «evitar una cuarta ola tan agresiva como después de Navidad», ya que la curva de contagios y de hospitalizaciones «no termina de bajar», hay una alta incidencia de la variante británica en algunas provincias y la sudafricana «ya está en Andalucía».
Las nuevas medidas, que estarán vigentes desde el viernes 19 de marzo hasta el 9 de abril, fijan así el toque de queda entre las 23:00 y las 6:00 horas (una hora más) y amplía el horario del comercio, la hostelería y servicios en una hora, hasta las 22.30 horas en toda la comunidad.
La comunidad también sigue cerrada perimetralmente y las reuniones se mantienen con un máximo de seis personas, salvo en el interior de bares y restaurantes, que siguen siendo cuatro.
Los municipios con más de mil casos por 100.000 habitantes estarán cerrados y sólo podrán abrir los servicios esenciales.
En los municipios de menos de 1.500 habitantes y con más de 500 o más de 1.000 casos por cada 100.000 habitantes, las restricciones no serán automáticas, sino acordadas específicamente por los comités provinciales de alertas.
La apertura o no de la movilidad entre provincias, que lleva cerrada dos meses, era la principal incógnita de la reunión, por lo que Moreno ha justificado que, a pesar de las «expectativas», toman esta decisión «en base a los datos y al consejo de los expertos».
La comunidad, con 123 casos por cada 100.000 habitantes, sigue en riesgo medio-alto, por lo que «no hay que engañarse» a pesar de la bajada de las últimas semanas, ya que además la curva «se ha parado» y la tendencia a partir de la próxima semana es a subir, ha argumentado el presidente.
La variante británica, mucho más contagiosa, es dominante en un 80 por ciento en provincias como Almería, mientras que en Huelva es del 20 por ciento, por lo que «es conveniente evitar su propagación».
Además, la variante sudafricana, «tanto o más contagiosa que la británica y más resistente», ya está en la comunidad.
A esos aspectos Moreno ha añadido «los contratiempos en la vacunación», ya que la Junta ha puesto «el 93 por ciento de las dosis recibidas» pero eso sólo supone que un 4,4 por ciento de la población está inmunizada, con la paralización también ahora de las de AstraZeneca.
El jefe del Ejecutivo andaluz ha expuesto también que la Comisión Europea advierte de «un empeoramiento» en nuestro entorno y que países como Italia han adoptado «medidas muy severas» antes de Semana Santa.
Ha considerado que se trata de una decisión «prudente, sensata y oportuna» y ha dicho que ha salido a «dar la cara» para anunciar estas decisiones porque es consciente de las «expectativas» y de que mucha gente no las entenderá o se sentirán decepcionados.
Moreno ha asegurado que un año después la situación «sigue siendo grave e igual de imprevisible», con casi medio millón de andaluces que se han contagiado y más de 9.000 fallecidos.
Son cifras, según el jefe del Ejecutivo regional, que demuestran que «hay que tomárselo muy en serio, sin frivolidades, sin bandazos» porque «el virus sigue entre nosotros«.
Ha apostado por la «prudencia» en las decisiones, aunque ha admitido que «no es sencillo» actuar «con determinación» y «no dejarse llevar en este mundo que va tan deprisa».
Ha pedido responsabilidad a todos los andaluces, que están teniendo un comportamiento «que es motivo de orgullo» y les ha pedido que confíen en la ciencia porque la vacuna «ha demostrado que es efectivo» a pesar de la «preocupación» que sabe que están generando las últimas noticias sobre la vacuna de AstraZeneca. EFE
M.M.