Así lo ha anunciado este jueves la diputada de Proyectos Europeos y Patrimonio, María Gómez, durante la inauguración del III Congreso Nacional del Agua, que desde hoy se celebra en Orihuela (Alicante) y que en esta edición, impulsada por la Diputación, el Ayuntamiento y la Universidad de Alicante (UA), se centra en fenómenos como las sequías y las inundaciones, según un comunicado de la corporación provincial.
«Desde la Diputación de Alicante nos opondremos, con todos los resortes disponibles y en defensa legítima de nuestros intereses, a estas modificaciones que de facto liquidan el trasvase», ha indicado la también alcaldesa de Almoradí (Alicante).
Según Gómez, la propuesta del aumento de los caudales circulantes, «en lugar de paliar el problema causado por la infrautilización que se ha venido haciendo del trasvase Tajo-Segura, que ha repercutido en un encarecimiento del agua conducida y puesto en peligro su rentabilidad, condena a todos los abastecimientos y al regadío que dependen de sus aguas».
Además, la Diputación de Alicante continúa involucrada en los procesos de participación pública de elaboración de los planes hidrológicos de las cuencas del Segura, Júcar y Tajo «con la esperanza de que desde el Ministerio de Transición Ecológica escuchen los argumentos técnicos y las propuestas bien fundamentadas que permitirían equilibrar el déficit hídrico de la provincia».
A este respecto, Gómez ha criticado las herramientas de planificación impulsadas por el Ejecutivo central para hacer frente al déficit hídrico estructural que padece la comarca alicantina de la Vega Baja, que, «lejos de solventar los problemas, los están agravando».
Ha expuesto que el cambio de las normas de explotación y la propuesta de aumentar los caudales ecológicos recogido en el borrador del Plan Hidrológico del Tajo supondrán un descenso de unos 100 hectómetros cúbicos anuales de agua; es decir, una reducción del 50 % del trasvase para regadío.
También ha asegurado que el agua desalinizada, «como única alternativa propuesta», multiplica por cinco el precio del agua y por cuatro el gasto energético. EFE
A.M.