La imagen de camionetas abarrotadas de muebles y enseres circulando por las carreteras del Valle de Aridane ya no es una novedad. Los mismos vehículos que hace unas semanas se veían cargados de piñas de plátanos, ahora sirven para llevar las pertenencias de las familias evacuadas por el volcán.
Dos de estos camiones no transportaban este viernes por la noche neveras o lavadoras, ni armarios, ni muebles de televisión; llevaban los bancos de la iglesia de La Laguna que también ha sido desalojada tal y como sucediera con el ya desaparecido templo parroquial de Todoque.
También su párroco es el mismo. Se trata del padre Alberto Hernández, quien ha tenido que hacer otra evacuación, dándose la circunstancia que está trasladando además todos las imágenes y enseres salvados de la iglesia de Todoque.
En el barrio de Argual se ubica la parroquia de San Pedro Apóstol y los Santos Mártires que, aún sin concluir su construcción, sirve de almacén para todo lo que se pudo salvar de Todoque y ahora también de La Laguna.
Operarios del Ayuntamiento de Los Llanos y voluntarios se afanan a descargar los bancos de los camiones. Lo hacen poniendo mucha voluntad y esfuerzos, pese a ser las nueve de la noche y después de haber estado «un día entero dedicados a quitar arena de tejados, a ayudar a vecinos en sus desalojos y a tantas otras cosas que ni recuerdo», relata a EFE uno de ellos.
Entre los voluntarios se encuentra José Antonio, un militar grancanario que se ha cogido una semana de vacaciones para venir a colaborar con los palmeros afectados.
«Lo hago para alimentar mi propio ego, el de ser solidario, porque aquí necesitan ahora mucha ayuda», argumenta mientras sostiene uno de los pesados bancos de hierro y madera de tea (duramen del pino canario). «Desde el primer momento me apunté para colaborar pues he pasado aquí en La Palma mis vacaciones y me parece una isla excepcional, con gente maravillosa».
José Antonio, pese a su profesión que puede hacer pensar que estamos ante una persona curtida y preparada para estos eventos, confiesa que ha visto imágenes muy duras y difíciles de digerir. «He tenido en estos días que aguantar las ganas de llorar, aunque un par de veces no he podido evitar las lágrimas. Es muy duro lo que está pasando con este volcán».
Este canario asegura que los palmeros son gente que se levanta ante las adversidades: «Estoy seguro que el pueblo palmero va a saber reponerse de esta catástrofe porque son gente luchadora y trabajadora».
Los operarios siguen descargando los bancos y entre ellos se encuentra el propio párroco Alberto que se apura a sostener uno de ellos a casi dos metros de altura para bajarlo y transportar al interior de la iglesia de Argual.
«Tengo que agradecer las continuas manifestaciones de ánimo y apoyo que nos están llegando de todas partes de España y del mundo», dice. «Son muchas las personas que se han solidarizado con nuestra comunidad y ofrecen su ayuda desinteresada».
«Esta semana recibí una llamada de un señor de Valencia que es maquetista interesado en que le enviara fotos del templo de Todoque, pues está haciendo una reproducción del mismo a escala», cuenta el joven cura.
«Al ver cómo la lava se llevaba el campanario, este señor, que padece una grave enfermedad, ha decidido hacer una maqueta del templo para donarla; eso me ha conmovido mucho», explica.
Ahora los muebles e imágenes de los templos de La Laguna y Todoque están almacenados, quien sabe si la colada respetará o no el núcleo urbano del concurrido barrio lagunero. La espera comienza a ser tensa pues la lava se encuentra escasamente a un kilómetro de distancia.
La coordinación de los desalojos de estos templos parroquiales la está llevando la concejala de Cultura, Charo González, quien explica a EFE lo complicado que ha sido dado el valor patrimonial de algunas obras de arte sacro que en los mismos se encontraban.
«Nos queda tan solo desmontar el retablo, que lo haremos este sábado, pero para ello debe estar el responsable de Patrimonio del Cabildo de La Palma pues se trata de una obra catalogada», indica.
«Sin duda lo importante son también las casas de nuestros vecinos pero en torno a estos templos había una vida de comunidad muy importante para los vecinos», explica la concejala, quien considera que estas parroquias son «símbolos de estos barrios».
Finalmente los enseres del templo de La Laguna son almacenados, casi amontonados por falta de espacio, en la iglesia de San Pedro Apóstol y de los Santo Mártires.
La escena la contemplan dos vecinos colaboradores en este recinto cristiano, no sin mostrar cierta tristeza en sus rostros. Es la imagen que se repite en cientos de locales, almacenes, garajes… en estos días en la isla bonita.
Miguel Calero