Ha sido en la Comisión de Igualdad donde la diputada socialista Laura Berja ha mostrado este miércoles la postura de su grupo en torno a la reforma de la ley del aborto, de la que la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha asegurado que no modificará nada de lo que se consensuó en 2010 pero sí lo que está impidiendo acceder a las mujeres al derecho a interrumpir de forma voluntaria la gestación.
En estos últimos meses, la ministra ha ido avanzando algunas de las medidas que incluirá la reforma de la ley, cuyo anteproyecto se prevé que esté listo en diciembre, como que la chicas de 16 y 17 años no necesiten permiso paterno para abortar, regular la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios para que las mujeres no tengan que recurrir a los centros privados derivadas de la sanidad publica o incluir la violencia obstétrica.
«Haríamos mal si no somos ambiciosos» con esta ley, ha opinado Montero, quien, entre otras cosas, ha incidido en que la reforma también pretende evitar el acoso que sufren las mujeres a las puertas de las clínicas abortivas, hacer obligatoria la educación afectiva y sexual y establecer los vientres de alquiler como una forma de violencia contra las mujeres.
Antes, la diputada socialista había señalado a la ministra que es «imprescindible» reformar la norma en lo relativo al permiso paterno para volver a la de 2010 y revertir la reforma del PP.
Sin embargo, ha señalado que las demás cuestiones «no requieren una reforma legal» y, aunque hay que avanzar en ellas, puede ser en otro marco, como por ejemplo en la Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva.
Montero ha insistido en que difiere de esos planteamientos.
También el PNV se ha referido a la reforma en la que trabaja Igualdad, y el diputado Joseba Agirretxea ha cuestionado que en la norma se vayan a incluir algunas cosas que no están consensuadas cuando la ley de 2010 se basó en un gran consenso. «Hay una serie de cuestiones que no compartimos criterios, pero hablemos», ha dicho el diputado a la ministra. EFE
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