Una encuesta realizada a finales de noviembre por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y otras asociaciones europeas de consumidores de Bélgica, Italia y Portugal sobre una muestra representativa de alrededor de 4.000 personas de entre 18 y 74 años, revela las persistentes dudas de un apreciable porcentaje de la población para vacunarse contra la Covid-19.Según la encuesta, en España hay un 8% de adultos que aseguran no haberse vacunado, un porcentaje que cuadra con las cifras del Ministerio de Sanidad. De ellos, tres de cada cuatro, el 6% de la población adulta, no parecen decididos a hacerlo. Los principales motivos son la falta de confianza en el proceso de elaboración y aprobación de la vacuna (41%), que dicho proceso esconde intereses políticos/económicos (32%), así como la posibilidad de que algunas de las vacunas no sean tan seguras como se anuncia (30%). Otras razones son la desconfianza en su efectividad real (22%), la no pertenencia a un grupo de riesgo (16%) o que, sencillamente, no creen en las vacunas (12%).
Además, ante la probable vacunación de los menores de 12 años, el 9% de los padres españoles encuestados se declaran en contra; y otro 19% tiene dudas.
A nivel europeo, la encuesta revela también que dos de cada tres personas (64%) son favorables a la vacunación obligatoria, más si cabe cuando se trata de sanitarios (74%) y funcionarios de cara al público (68%). Aunque el consenso baja para menores entre 12 y 17 años (48%) y niños más pequeños (38%).
En cuanto a los test de detección del coronavirus, en España se confirma la falta de recursos públicos para realizarlos en los últimos doce meses. En concreto, un 5% denuncia que no se lo hicieron pese a tener un contacto estrecho con una persona infectada, lo mismo que otro 4%, pese a presentar síntomas compatibles con la Covid-19. De hecho, desde el pasado noviembre, un 11% de los encuestados se hizo un test en un centro privado porque o bien no se lo hacían o lo hacían con retraso.
Por otro lado, son mayoría (74%) los europeos que defienden la liberalización de patentes de las actuales vacunas en los países en vías de desarrollo. Una opinión que comparte OCU: la aparición de la variante Ómicron, vuelve a demostrar que el control de la enfermedad pasa necesariamente por ampliar el ratio de vacunación en el resto de los países, especialmente en los que disponen de menos recursos.
Además, la Organización, en el seno del grupo Euroconsumers lleva tiempo defendiendo el desarrollo de un certificado digital Covid a nivel europeo más sencillo y efectivo. En la actualidad cada país tiene normas diferentes y, sorprendentemente, un 18% de los encuestados apunta que no se lo pidieron en los controles fronterizos internos de la Unión Europea.
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