La primera reunión del nuevo Comité Federal del PSOE celebrada este viernes ha marcado el inicio del año político para Sánchez, que ha aprovechado la ocasión para hacer balance de su acción de Gobierno al cumplirse justo dos años de su investidura, un hecho que ha recordado al comienzo de su intervención.
En el encuentro ha sobrevolado la polémica por las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre la producción cárnica, pero en su intervención pública Sánchez se ha limitado a decir que el PSOE «cumple» con el sector primario, al haber aprobado la Política Agraria Común (PAC) y la ley de cadena alimentaria.
En cambio, líderes socialistas que han asistido a este cónclave celebrado en un hotel de Madrid con carácter semipresencial como el presidente manchego, Emiliano García Page, o el candidato del PSOE a Castilla y León, Luis Tudanca, han reprochado en declaraciones a los medios las palabras de Garzón.
Más allá de estas críticas hacia un ministro de la parte no socialista del Gobierno de coalición, el Comité Federal del PSOE ha transcurrido en un ambiente tranquilo, según han señalado a Efe fuentes socialistas, y ha sido una nueva oportunidad de Sánchez para reivindicar su gestión «socialdemócrata».
«Nuestro proyecto para España se resume en un verbo: crecer. Crecer en economía, crecer en empleo, crecer en libertades, crecer en derechos sociales y laborales, crecer en justicia social. Nuestro proyecto para España es que España crezca», ha dicho el presidente en su discurso.
Para ello, ha expresado su voluntad de «seguir cumpliendo» con los compromisos adquiridos por su Gobierno en los dos años que restan de legislatura.
Entre lo que ya ha cumplido el Ejecutivo en esta primera parte del mandato, ha destacado la reforma laboral acordada recientemente con los empresarios y los sindicatos, un «acuerdo de país» para el que ha pedido formalmente el apoyo de todos los grupos parlamentarios, incluido el PP.
«¿Qué intereses defiende la oposición si se resiste a defender los intereses de los empresarios y también se resiste a defender los intereses de los trabajadores? ¿Qué intereses defiende y qué pone por encima de los intereses de España?», ha preguntado.
Sánchez ha dicho que esta reforma laboral «es una pieza clave para lograr con éxito el principal objetivo del país para 2022: que España crezca más y haya más acuerdos».
Todo ello frente a un PP que, según ha denunciado, no tiene «proyecto político alguno» y es «rehén de la ultraderecha», pero al que ha tenido la mano para llegar a acuerdos, con asuntos pendientes como la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
«Sólo les exigimos el cumplimiento con su deber constitucional, el respeto al diálogo social y un mínimo de educación y de rigor en su forma de hacer oposición», ha añadido.
La cita del Comité Federal ha marcado además el inicio de un nuevo ciclo electoral que comenzará con las elecciones en Castilla y León del próximo 13 de febrero y ha servido para ratificar y arropar al candidato socialista en esos comicios, Luis Tudanca, que ha tomado la palabra junto a Sánchez en la reunión.
Sánchez ha expresado su confianza en que el candidato socialista abra una nueva etapa de «cambio y esperanza» en la región tras décadas de gobiernos del PP, mientras que Tudanca ha denunciado que el adelanto electoral se debe a las «tramas de corrupción del PP» y «al miedo a que un calendario de corrupción endiablado les pase factura».
En su discurso en el Comité Federal, el presidente del Gobierno ha manifestado también su preocupación por la «vertiginosa propagación» de la variante ómicron en esta sexta ola, pero ha resaltado que estamos mejor preparados que hace un año para hacer frente a la covid, con la que asegura que «vamos a tener que aprender a convivir como lo hacemos con otros muchos virus».
En el cónclave, de cinco horas de duración, han intervenido entre otros los líderes del PSOE en cada comunidad autónoma, como el catalán, Salvador Illa, que ha asegurado que Cataluña no hubiera podido salir del «pozo» en el que se hallaba cuando PSOE y Unidas Podemos llegaron a la Moncloa «sin la mano tendida del Gobierno de España y de su presidente». EFE
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