La ministra de Defensa, Margarita Robles, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, han inaugurado este viernes un monumento en recuerdo y homenaje a los 62 militares fallecidos en el accidente aéreo del Yak-42 el 26 de mayo de 2003 en Turquía cuando volvían a España tras una misión de paz en Afganistán.
En el acto, al que han asistido más de una treintena de familiares de las víctimas y representantes de los grupos políticos municipales, ha intervenido el arquitecto autor del monumento, Diego Manuel Novo Menéndez, hijo de uno de los fallecidos, el teniente coronel Antonio Novo Ferreiro.
Diego Manuel Novo ha destacado que se trata del primer monumento en Madrid en recuerdo a la mayor tragedia del Ejército español en tiempos de paz.
Ha recordado que tal día como hoy de 2003 los militares emprendieron un viaje a Kabul desde Valladolid para una misión «de la que no volvieron al fallecer tras varios meses de apoyo a la paz en Afganistán».
«Mi padre nos dejó a mi madre, a mi hermano y a mí cuando tenía 40 años y los fallecidos en el accidente, con una edad media de 34 años, dejaron más de cuarenta viudas y 60 huérfanos».
Diego Manuel Novo ha agradecido que en su momento el grupo socialista pidiera un espacio de homenaje a las víctima del Yak-42 en Madrid y que esta iniciativa se aprobara por unanimidad de los grupos municipales.
Y ha subrayado que esto se produjo tras el dictamen del Consejo de Estado de 2017 que responsabilizó por primera vez al Ministerio de Defensa del accidente del Yak-42 que se produjo en Turquía el 26 de mayo de 2003.
El informe de este órgano asesor respondió a la petición de 291 familiares de 55 de los fallecidos que reclamaron la responsabilidad patrimonial del Estado en este caso ocurrido cuando era ministro de Defensa Federico Trillo en el entonces Gobierno de PP.
El Consejo de Estado se refirió a la existencia de hechos anteriores al siniestro que habrían permitido a la administración ponderar el «especial riesgo» que concurría en el transporte contratado para el traslado de las tropas.
El dictamen admitió, como lo hizo la Audiencia Nacional al archivar definitivamente el procedimiento penal abierto contra seis mandos militares por un supuesto delito de imprudencia con resultado de muerte, que la causa del accidente fue el agotamiento y el estrés de los pilotos del Yak-42 y su falta de formación para afrontar situaciones como la que vivieron.
Sin embargo, frente a la tesis de que la responsabilidad del siniestro fue exclusivamente de la agencia de la OTAN con la que Defensa había acordado delegar la gestión de los transportes de tropas, el Consejo de Estado entendió que el procedimiento exigía al Estado la obligación de comprobar e inspeccionar la actividad de sus contratistas, y más en actividades de riesgo.
Diego Manuel Novo ha explicado que la entrada estrecha al monumento entre unos altos muros de cemento quiere reflejar la sensación de «oscuridad y horror» que han vivido las familias de las víctimas estos años.
El monumento cuenta con cuatro bloques, uno de ellos con 62 huecos, uno por cada fallecido, mientras que en otro están inscritos los nombres de todos los fallecidos.
Asimismo, el monumento incluye la inscripción de un poema escrito por la madre de uno de los fallecidos que ha sido leído por Margarita Robles junto a la autora.
Durante su discurso Margarita Robles ha calificado a las víctimas de «verdaderos héroes» que dieron su vida por procurar la paz y salvar vidas lejos de su país, representando los mejores valores de las Fuerzas Armadas.
«Sus muertes no fueron en vano pues ayudaron a construir un Afganistán mejor y son un ejemplo en el que se miran los jóvenes que se incorporan a las Fuerzas Armadas».
Por su parte, José Luis Martínez-Almedida ha calificado igualmente de «héroes» a las víctimas y ha mostrado su convencimiento de que el monumento de tributo a ellos, situado en el parque del Oeste de Madrid, se convertirá «en uno de los lugares más especiales» de la capital.
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