El independentismo escenificó este jueves un nuevo desencuentro en el Parlamento catalán, con reproches cruzados especialmente entre JxCat y CUP, pero también ERC, a raíz del pleno extraordinario para abordar el caso del diputado anticapitalista Pau Juvillà.
Juvillà ha estado en el foco del debate político en Cataluña en el último mes, después de haber sido condenado a inhabilitación al haber desobedecido la orden de retirar cuatro lazos amarillos del balcón de su despacho en el Ayuntamiento de Lleida en periodo electoral en 2019.
Ante la exigencia de la Junta Electoral Central (JEC) de retirarle el escaño, el pleno del Parlament aprobó ayer un dictamen pactado entre los grupos independentistas -finalmente sin voto de la CUP- en el que acordaban mantener su acta, aunque se imponían, como «límite de la desobediencia», no comprometer penalmente a los funcionarios de la cámara catalana.
Pero la presidenta del Parlament, Laura Borràs, denegó la delegación de voto a Juvillà, solicitada por la CUP, acogiéndose al artículo 16.1 del reglamento y alegando el «conflicto de intereses» del diputado ante una votación que le afectaba.
El choque entre los grupos independentistas, que ya había empezado a gestarse antes del debate en el hemiciclo, se plasmó claramente durante la celebración del pleno y explotó, ya definitivamente, al finalizar.
EL VOTO DELEGADO DE LA DISCORDIA
La decisión de la CUP de solicitar el voto delegado para Juvillà puso a Borràs entre la espada y la pared, con la duda de si autorizarlo comportaba reconocerle la condición de diputado y, en consecuencia, desobedecer la orden de la JEC.
Pero el anuncio final de la presidenta de no autorizar el voto delegado desató la ira de los anticapitalistas: «La verdad es que la condición y los derechos de diputado de Juvillà están suspendidos», reconoció con contundencia Eulàlia Reguant, portavoz de la CUP.
Fuentes anticapitalistas denuncian que Juvillà ni siquiera había sido convocado al pleno y que eso contradice el dictamen aprobado, lo que supone una normalización de la «represión del Estado» y la injerencia de la JEC en la cámara catalana.
AVISO DE JXCAT A LA CUP: ESTO TENDRÁ CONSECUENCIAS
Desde JxCat, la indignación con la CUP se extendió como la pólvora, no solo por no haber votado en el pleno -postura que comparan con los grupos constitucionalistas cuando evitan participar en votaciones que puedan comportar consecuencias jurídicas-, sino también porque consideran que los anticapitalistas han dejado en la estacada a Borràs.
Fuentes de JxCat aseguran que en la noche del miércoles existía un acuerdo con la CUP para que no se solicitara voto delegado para Juvillà y acusan a los anticapitalistas de haber roto ese pacto de forma inesperada a última hora.
No fue un día fácil para Borràs, que vivió de primera mano una rebelión interna de los funcionarios que culminó con la carta enviada por la secretaria general, explicando que, para evitar cualquier responsabilidad penal, se veía obligada a dar instrucciones para activar los mecanismos de relevo de Juvillà.
Fuentes de JxCat recuerdan que la presidenta del Parlament se comprometió desde el primer momento a llevar a cabo todas las actuaciones necesarias, siempre hasta el límite que quisieran la propia CUP y Juvillà, con la condición de que cualquier desobediencia fuera colectiva.
Es por ello que afean a la CUP que cuando puso sobre la mesa su propuesta de asumir la presidencia del Parlament, Borràs les contestó: «¿Venís a presidir para qué? ¿Es que acaso tenéis un plan? Porque si tenéis un plan que permita ser eficaces, decidlo y lo aplicaremos», ante lo que la CUP evitó responder, según las mismas fuentes.
JxCat considera que la CUP no tenía voluntad real de defender a su diputado y que simplemente querían arrojar a Borràs a la «papelera de la historia y del Código Penal». Según dichas fuentes, al ser interpelados sobre su actitud, la CUP respondió: «Hemos venido a hacer esto».
«Esto tendrá consecuencias políticas», advierten desde JxCat, cuyas fuentes consideran que «se ha roto el frente antirrepresivo».
ERC, AL LADO DE BORRÀS, PERO CON SENSACIÓN DE REPARACIÓN
Los republicanos han querido dejar claro a lo largo de las últimas semanas que estarían al lado de Borràs en todo momento hasta el final, si bien se han mantenido siempre en un segundo plano.
Sin embargo, desde las filas de ERC hay una sensación de reparación de la figura del expresidente del Parlament Roger Torrent, ya que recuerdan que fue foco de airadas críticas de JxCat y de la propia Borràs por haberse negado a desobedecer a la JEC tras la inhabilitación del expresident Quim Torra.
Según fuentes republicanas, también se ha constatado que Borràs ha acabado actuando de idéntica manera que su antecesor e incluso antes de lo que lo hizo Torrent. EFE
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Alex Cubero