Desde que la semana pasada estallase la guerra entre Casado y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, el PP va de shock en shock. Las últimas horas han sido de vértigo en el principal partido de la oposición, en el que reina la sensación, entre dirigentes de toda índole, críticos y también hasta ahora afines a Casado, de que la situación es «insostenible» y el presidente del PP está ya «amortizado».
Los incesantes rumores sobre su marcha se han producido durante toda la jornada. Sus más cercanos niegan tajantemente su renuncia y también que haya llegado a un acuerdo con los barones territoriales para presentarla este miércoles, después de la reunión que mantendrá con ellos por la tarde en Génova.
Con la dirección nacional sumida en el silencio y el mutismo, Génova únicamente ha comunicado por vías oficiales la convocatoria de la Junta Directiva Nacional el próximo martes, 1 de marzo, que debatirá la puesta en marcha del XX Congreso Extraordinario del Partido Popular que, según los estatutos, se puede celebrar en un mínimo de 30 días.
Además de este congreso, Casado ha dejado caer a su número dos, el secretario general del PP Teodoro García Egea. Lo pedían los barones, lo pedía la mayoría de la cúpula, incluidos los portavoces en el Congreso, el Senado y el Parlamento Europeo, y lo han reclamado también pesos pesados de la dirección del Grupo Parlamentario Popular, antes afines a Casado.
El propio Egea, en una entrevista en La Sexta, ha asegurado que ha decidido abandonar el cargo tras hablar con Casado, aunque ha negado que haya sido el presidente el que se lo haya pedido o el que le ha obligado a dimitir.
El hasta ahora ‘numero dos’ del PP ha garantizado que será «siempre leal» al todavía presidente del partido, una «persona honesta» y que, a su juicio, no ha dudado en poner en peligro su cargo por defender sus principios.
Pese a su decisión, Egea no cree que haya hecho «nada malo» e incluso ha asegurado que cree las explicaciones de Díaz Ayuso sobre los negocios de su hermano.
«Me estoy volviendo gallego», ha ironizado para no profundizar en sus diferencias con Ayuso y con su equipo.
La confirmación de que el PP se encamina a un Congreso Extraordinario y el adiós del hasta ahora escudero de Casado han llegado después de que el presidente del PP haya perdido todos sus apoyos. Su núcleo ahora es muy reducido: Ana Beltrán, Pablo Montesinos y Antonio González Terol, además de sus asesores de mayor confianza.
A Casado le dan la espalda los barones con los que se reunirá mañana en Génova. El viraje más significativo es el del presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, amigo de García Egea, y que este martes ha pedido un congreso extraordinario para solventar una situación que es ya «insostenible».
En la capital, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha comparecido para anunciar que dejaba la Portavocía nacional del Partido Popular, de común acuerdo con Pablo Casado, al que ha evitado criticar, pero al que tampoco ha respaldado. No ha sido la única despedida en la cúpula del PP, de la que han dimitido Andrea Levy y Belén Hoyo.
Desde Galicia, Alberto Núñez Feijóo ha pedido abrir una nueva etapa en el PP que permita «desbloquear» la actual «situación de colapso» que atraviesa. No ha sido explícito el presidente de la Xunta de Galicia al pedir un congreso pero sí ha mostrado su convicción de que el PP debe «dar voz a la gente».
Además, ha dado un paso más y ha asegurado que todos son responsables de la situación en la que se encuentra el partido y, en consecuencia, ha dicho, todos «tenemos que estar a la altura y tomar decisiones, yo entre ellos». Sin embargo, Feijóo, a quien Díaz Ayuso dio ayer vía libre al descartarse de la carrera por el liderazgo, no ha adelantado claramente si optará a suceder a Casado en el partido.
Mientras la petición de un congreso extraordinario es prácticamente unánime en los territorios, algunos van más allá y han apostado de forma nítida por la vía Feijóo. Es la apuesta por ejemplo del presidente de la Junta de Andalucía y del PP-A, Juanma Moreno, según indican fuentes populares. Por la misma senda apuesta el PP de Cantabria.
Los dirigentes del PP no quieren un cierre en falso a esta crisis y son varios los que apuestan no solo por el Congreso Extraordinario, si no porque en el cónclave se imponga una lista única, sin bandos.
Los apoyos de Casado también se desmoronan en el Congreso. Un comunicado firmado por Adolfo Suárez Illana, el exjefe de gabinete Pablo Hispán y Guillermo Mariscal, secretario general del GPP que formó parte de su equipo en el Congreso del partido en el que Casado consiguió ser votado para suceder a Mariano Rajoy, pedía un Congreso Extraordinario y la destitución de Egea. Otros parlamentarios han optado por reclamar una gestora.
En el horizonte todo son incógnitas. No se sabe si Casado pretende aguantar sin dimitir hasta el Congreso Extraordinario o su adiós efectivamente está cerca. Tampoco si mañana acudirá al Congreso de los Diputados y hará su pregunta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Entre sus diputados hay quienes dudan de su presencia y quienes creen que acudirá a despedirse. Entre unos y otros reina la tristeza y el desconcierto. EFE
María López