Estos son los principales protagonistas:
Corinna Larsen:
La empresaria alemana mantuvo una relación con el rey Juan Carlos entre 2004 y 2009, aunque posteriormente siguieron siendo amigos y le acompañó al safari de Bostuana en el que él se rompió la cadera en abril de 2012.
Fue quien desató la caja de Pandora al revelar en una conversación grabada por el excomisario José Manuel Villarejo que el padre de Felipe VI tenía cuentas en Suiza y que la utilizaba de testaferro para ocultar su patrimonio.
Don Juan Carlos le donó 65 millones de euros que Corinna guardó en una cuenta opaca del paraíso fiscal de Bahamas.
Ella lo justificó como un «regalo no solicitado» y un gesto de «gratitud» hacia ella y su hijo, Alexander, con los que se había «encariñado» y por «haberle cuidado en los peores momentos».
Dante Canónica y Arturo Fasana:
Expertos en gestionar fortunas en Suiza, están considerados los testaferros y artífices del engranaje financiero para ocultar y gestionar el dinero regalado por Arabia Saudí a don Juan Carlos a través de la fundación Lucum, creada en julio de 2008 en Panamá.
Canónica y Fasana conocieron al rey emérito en 2008, por medio de Álvaro de Orleans, y se reunieron con él en el Palacio de la Zarzuela para comunicarles que el rey Abdalá quería hacerle una donación millonaria y encargarles la creación de una estructura para recibirla.
Presidente y secretario de Lucum, respectivamente, administraban los fondos y movían el dinero, aunque el beneficiario era don Juan Carlos, a quienes le hicieron varias entregas en maletines llenos de dinero.
A Fasana se le ligó como testaferro del movimiento de dinero a Suiza del cabecilla de la trama Gürtel Francisco Correa.
Álvaro de Orléans:
Primo lejano de Juan Carlos I, estaba al frente de la fundación Zagatka, con sede en Liechtenstein, que sufragó viajes privados del rey emérito entre 2008 y 2018, en algunos de los cuales acompañado por Corinna, por valor de varios millones de euros y que también pudo utilizarse para ocultar el cobro de comisiones ilegales.
Además de a don Juan Carlos, Zagatka tenía como beneficiario a Felipe VI hasta que éste renunció.
Con la complicidad de De Orléans, quien negó que fuera testaferro de don Juan Carlos, éste ocultó en cuentas de Zagatka en Suiza las acciones de grandes empresas españolas que poseyó durante casi dos décadas.
La Fiscalía sostiene que la información bancaria recibida de Suiza «permiten establecer» que entre 2014 y 2018 esta fundación abonó «cuantiosos gastos por el uso de aviones privados y servicios de alojamiento» del rey emérito, sus familiares y allegados.
Por ello, en febrero de 2021, sin requerimiento de la Agencia Tributaria, Juan Carlos de Borbón hizo una serie de regularizaciones que derivaron en un ingreso de 4,4 millones de euros.
«Era el hombre de paja del rey Juan Carlos», le describió Corinna.
José Manuel Villarejo:
El excomisario aireó las cintas de la charla que mantuvo con Corinna y con el expresidente de Telefónica Juan Villalonga en Londres en 2015.
En esos audios, intervenidos en la operación Tándem en la que fue detenido Villarejo en 2017, Corinna hablaba de un terreno en Marruecos a su nombre que atribuía al rey, de cuentas que éste tenía en Suiza y de comisiones que percibió por el contrato del AVE saudí.
«Jamás declararé contra la Corona, ni en la Audiencia Nacional, ni en Suiza, ni en el Reino Unido», dijo el expolicía en abril de 2020 para aclarar que su objetivo no era perjudicar al rey emérito.
El fiscal Yves Bertossa:
Pieza clave en la investigación sobre los fondos ocultos de don Juan Carlos, empezó a tirar del hilo en 2018 ante sus sospechas de que ese dinero podía estar vinculado con comisiones ilícitas pagadas por la adjudicación del AVE de La Meca a un consorcio de empresas españolas.
Por su despacho han pasado a declarar, entre otros, Corinna, Canónica, Fasana y Mirabaud para tratar de encajar piezas en la supuesta trama de blanqueo de dinero tras la donación que el rey emérito hizo a la empresaria alemana.
Cuando España suspendió la investigación de las presuntas comisiones por falta de evidencias, Bertossa solicitó información y los audios de la cita entre Corinna y Villarejo para proseguir con sus indagaciones.
Yves Mirabaud:
Presidente del banco suizo Mirabuad, donde Juan Carlos I, a través de Lucum, guardó los 65 millones que Arabia Saudí le regaló en 2008 a espaldas de Hacienda.
Cuatro años después, buena parte del dinero lo donó a Corinna, quien lo ocultó en una cuenta en el paraíso fiscal de Bahamas.
Don Juan Carlos, incómodo con tener fondos escondidos en Suiza y temeroso de que se pudiera conocer en España, se desprendió del dinero y, tras el escándalo de su cacería de elefantes en Botsuana, cerró la cuenta a petición de la dirección del banco por miedo a ver manchada su reputación.
Sólo Yves Mirabaud y los principales directivos de la entidad suiza conocían que el beneficiario de la cuenta era el rey emérito.
El rey Abdalá:
Monarca saudí desde 2005 a 20015, mantuvo una estrecha amistad con Juan Carlos I, que recompensó regalándole 100 millones dólares.
Don Juan Carlos concedió el Toisón de Oro, la máxima distinción española, cuando visitó España en junio de 2007.
Al año siguiente, ambos reyes inauguraron en Madrid la Conferencia Internacional para el Diálogo Interreligioso, lo que desde algunos sectores se interpretó como una vía para «lavar» la imagen internacional de Arabia Saudí.
La donación se canalizó a través del entonces embajador saudí en Estados Unidos, Adel Al-Jubeir, cuatro años antes de la adjudicación del AVE de La Meca a un consorcio español.
Allen Sanginés-Krause:
Empresario mexicano a quien se atribuye la donación de dinero con el que Juan Carlos I pagó gastos personales y de algunos miembros de su familia tras la abdicación mediante tarjetas opacas.
Antiguo directivo del banco de inversión Goldman Sachs, el rey emérito era para Sanginés-Krause alguien «muy, muy especial» como le confesó cuando le invitó a pasar unos días en Irlanda en julio de 2017.
Residente en Londres es socio principal de BK Partners y coleccionista de arte.
En su declaración ante la Fiscalía, reconoció que, por amistad, hizo regalos y pagó viajes a Juan Carlos I por valor de unos 270.000 euros entre 2017 y 2018.
Su nombre apareció en una información remitida a la Fiscalía por el SEPBLAC (servicio de prevención del blanqueo) como la persona que ordenó varias transferencias desde cuentas bancarias de su titularidad mediante una sociedad -Pretorian Prevention- a nombre de Nicolás Murga Mendoza, coronel del Ejército del Aire ya jubilado que en 2007 fue nombrado ayudante de campo de la Casa del Rey.
El importe total de esas transferencias ascendió a 516.606,32 euros y se destinó al pago de gastos particulares de Juan Carlos de Borbón, de familiares o allegados. La Fiscalía no tiene constancia de que hubiese contraprestación en esos pagos y los considera donaciones que el rey emérito regularizó el 9 de diciembre de 2020.
Nicolás Murga:
Hombre de confianza de Juan Carlos I, de quien fue ayudante de campo entre 2007 y 2017.
Se le atribuye ejercer de testaferro al hacerse cargo de las facturas de los gastos del rey emérito y pagarlas con el dinero de Sanginés-Krause a espaldas del fisco.
Coronel del Ejército del Aire ya retirado, su amistad con don Juan Carlos la hizo extensiva a otros miembros de su familia, como la infanta Elena y sus hijos.
Joaquín Romero Maura:
Historiador y fundador de The JRM 2004 Trust, constituido en Jersey en 2004, con casi 15 millones de euros.
Ese fondo se creó por la liquidación de otros dos instrumentos similares -Tartessos Trust y Hereu Trust- creados en los años 90 por Manuel Jaime de Prado y Colón de Carvajal, considerado testaferro del rey. Juan Carlos de Borbón liquidó los trust en 2004 y traspasó sus fondos a Joaquín Romero Maura, que creó el nuevo.
La Fiscalía ha concluido que entre 2004 y 2021 no existe indicio que permita vincular el trust con Juan Carlos de Borbón, ni en su gestión ni en la capacidad para disponer de los fondos. EFE
A.M.