La entrada principal de la localidad sevillana de Fuentes de Andalucía desde la A-4 está presidida por una rotonda con el nombre de Ucrania, denominación “oficial” de este municipio sevillano durante al menos dos semanas, por una iniciativa para mostrar su solidaridad con los ucranianos víctimas de la guerra.
Es una idea que ha tenido el ayuntamiento, gobernado por Nueva Izquierda Verde Andaluza, para que se rinda homenaje a los ucranianos, que se extiende a varias calles del pueblo que, al menos durante dos semanas, van a ver cambiada su nomenclatura por los nombres de Kiev, Mariúpol o Járkov.
Algo que se puede observar en las calles Carrera, General Armero, Lora del Río, Virgen del Carmen, Plaza de España, Plaza de Andalucía, Plaza Santa María la Blanca o Flores y que es fruto “del trabajo que se viene haciendo desde hace muchos años en este pueblo para mostrar nuestro apoyo a gente que lo está pasando mal en distintos lugares del mundo”.
Lo explica a Efe en este pueblo de algo menos de 7.500 habitantes su alcalde, Francisco Martínez, que añade que esta iniciativa se completa con la idea de solidarizarse con otros lugares del mundo que sufren conflictos bélicos, por lo que otras calles se llamarán Etiopía, Siria, Yemen, Palestina o Afganistán.
Recuerda el edil que en el pueblo hay acogida una familia Siria y que ya hicieron actividades parecidas cuando los talibanes comenzaron a implantar su dictadura en Afganistán, por lo que cree que es importante que los vecinos tengan en su ADN solidarizarse con gente que lo está pasando mal, según el lugar del mundo que sea y por encima de que sus problemas sean focos informativos o no.
Por eso, desde esta semana hay una calle llamada Haití, en respuesta a la pobreza extrema que sufre el país caribeño; una dedicada a los refugiados del Sáhara y otra que, bajo el nombre de Palestina, rememora el conflicto con Israel que se mantiene desde hace años.
Son varios “golpes de efecto”, como admite el alcalde, que recuerda que en unos días llegarán al pueblo familias de refugiados ucranianos que se instalarán entre sus vecinos mientras siga la guerra y no puedan volver a casa, y “entendemos que estarán muy arropados si al llegar ven estos carteles, y nada más entrar en el pueblo ven el nombre de su país en la rotonda principal”, junto a la bandera y el escudo oficial de su nación.
Todo ello se une a la labor pedagógica que para los niños del pueblo supone ver cómo, desde pequeños, en las calles de su pueblo se plasma la importancia de ayudar a personas que lo necesiten sin importar si se las conoce o si han nacido en la otra punta del mundo.
El alcalde explica que todo forma parte de una campaña global en la que se han diseñado varias acciones, como la posibilidad de que los vecinos hayan podido conocer de forma interactiva a los corresponsales de distintos medios de comunicación que trabajan en Ucrania, con conexiones realizadas en las que han contado en primera persona cómo es ahora su día a día.
El edil destaca que todo lo organizado ha tenido un buen fin ya que en los últimos días se han multiplicado las donaciones de los vecinos para dotar de todo lo necesario a los refugiados, y ya se espera a los primeros ucranianos para acogerlos en sus calles, con la doble idea de darles todo lo que necesiten el tiempo que haga falta, pero sabiendo que la estancia entre ellos estará condicionada por el transcurso de la guerra.
Estrella Digital