No es la primera vez, desde luego, que Pedro Sánchez, con casa en Benicàssim, en Castellón, acude al Festival Internacional que esa localidad castellonense viene celebrando desde 1995. Tampoco es la primera vez que le ceden un billete de palco para ver el concierto, aunque sí es la primera vez que utiliza el lujoso Falcon 900 para darse un capricho a sí mismo y a su mujer, Begoña Gómez. Es esto último, junto con si pagó o no la entrada VIP, lo que ha irritado a la oposición y han criticado muchos ciudadanos en las redes sociales.
Nadie sabe explicar con certeza a Pedro Sánchez si la entrada al palco VIP fue abonada o no por alguien, pero Sánchez es un viejo conocido en el FIB al que le gusta twittear sus aventuras indies junto a seguidores suyos o simples ciudadanos de gustos similares. Buscando en los recuerdos de Twitter, la oposición le ha encontrado hace dos años, cuando disfrutó del palco VIP mientras era secretario general del Partido Socialista.
Era la noche del 17 al 18 de julio de 2016. El entonces secretario general del PSOE Pedro Sánchez, en solitario, sin rastro de su esposa pero acompañado por su compañera de partido Susana Ros, bailaba al ritmo de grupos alternativos como La habitación Roja o The Chemical Brothers en la jornada del viernes del Festival Internacional de Benicàssim, al que ya era asiduo. La fiesta debió gustarle tanto que repitió al día siguiente, el 18 de julio, cuando asistió al concierto del grupo británico Muse desde un palco VIP.
Twitter lo delató ya entonces, aunque, claro, Sánchez no era nadie prácticamente nadie: acababa de perder por segunda vez las elecciones generales con los perores resultados del PSOE en la historia reciente, pero seguía dirigiendo el Partido Socialista y los organizadores del FIB le habían dejado entradas para el palco VIP, como correspondía al entonces líder de la oposición.
Oye @sanchezcastejon me has hecho una cobra pic.twitter.com/PhkDLza5em
— Isaac Corrales (@isaacfcorrales) 15 de julio de 2016
Sin embargo, en aquella ocasión Sánchez había acudido al FIB en coche: aquel año, después de disfrutar de una escapada a Mojácar (Almería) junto a su mujer, Begoña Gómez, Sánchez había vuelto a hacer las maletas para disfrutar del fin de semana alejado de Madrid. Pero esta vez, el destino del secretario general socialista fue Benicàssim, que celebraba su famoso festival musical, y Sánchez acudió en coche.
También Andrea Levy ama la música indie
Sánchez no fue el único político que se dejó ver por el FIB ese fin de semana. Andrea Levy, la Vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, también una reconocida seguidora de la música indie, acudió al festival. Asistió a los mismos conciertos que Sánchez, tanto el viernes como el sábado, aunque no compartieron charlas y bailes. Levy también estuvo muy bien acompañada por su compañera de partido Isabel Bonig, presidenta del Partido Popular de la Comunidad Valenciana, y de unos graciosos jóvenes que protagonizaron la anécdota del día con unas camisetas de lo más divertidas que rezaban «Andrea Levy, por ti me hago de derechas».
ANDREA LEVY AL SALIR DEL FIB: «ES EL ARTISTA EL QUE ELIGE EL FIB Y ES EL FIB EL QUE QUIERE QUE SEAN LOS ARTISTAS EL FIB. ASÍ QUE JUAN…»
— indiescabreados (@indiescabreados) 17 de julio de 2016
La diferencia de entonces a ahora es que Sánchez es presidente del Gobierno y, en vez de hacer el viaje por carretera, o por alta velocidad, decidió utilizar el Falcon 900 para dar rienda suelta a su pasión rockera. El PP le ha hecho las cuentas, y el presidente sale muy mal parado.
Como ya informó Estrella Digital, un ciudadano normal puede alquilar un Falcon 900 como el que utilizó Sánchez para ir a Benicàssim y volver a Madrid, pero le costaría la friolera de unos 35.000 euros, que es el precio que a este periódico le dio Ejército del Aire, tuvo que hacer dos vuelos: uno para llevarle y otro para recogerle, con lo que el PP calcula que el gasto estimado fue de unos 20.000 euros.
Además, en el aeropuerto de Castellón no puede aterrizar todo el mundo, porque es un aeropuerto restringido, con lo que prácticamente se lo tuvieron que abrir al presidente del Gobierno. Ni Moncloa ni el FIB han querido explicar a este diario si el presidente y su esposa abonaron o no sus entradas para el festival de Benicássim de este año.