Desde el pasado 1 de enero 269 personas han muerto ahogadas en España, barajándose entre las posibles causas de este aumento el fin de las restricciones de movilidad, el calor y la falta de cultura acuática.
Durante este sábado seis bañistas fallecían por ahogamiento en distintas playas españolas, cinco de ellos en Levante y otro en Cantabria.
Además, en las ultimas 48 horas se han contabilizado diez víctimas mortales por ahogamiento.
También fallecía en la Comunidad Valenciana un joven de 19 años mientras se bañaba en un embalse.
Mayor riesgo en piscinas y playas
La Federación Española de Salvamento y Socorrismo lleva el recuento mensual de personas ahogadas, y afirma que el fin de las restricciones ya anticipaba un verano de mayor riesgo en piscinas y playas y más afluencia de visitantes a las costas.
La percepción del riesgo y el respeto al mar pueden hacernos bajar la guardia.
De las víctimas registradas en julio, 7 se ahogaron en la zona norte de España, donde se registran olas más grandes, mientras que esta cifra asciende a 37 en la zona del Mediterráneo, que se percibe como un entorno más seguro.
Este riesgo se ha incrementado porque este año el verano ha empezado antes y con temperaturas más altas, lo que invita a combatirlas metiéndose en el agua. La responsabilidad de los bañistas también influye mucho.
Perfil del ahogado
Una de cada tres personas ahogadas tenían más de 65 años y las autoridades recomiendan no bañarse solos si tienen algún tipo de patología.
La gran mayoría de las personas ahogadas no eran españolas. Ocho de cada diez eran hombres, y siete de cada diez perdieron la vida en lugares sin vigilancia.
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