España tiene un problema de vivienda acuciante, con sólo un 2.5% del parqué total siendo de titularidad pública. Con un total 290.000 viviendas sociales, de ellas, 180.000 son propiedad de las comunidades autónomas y otros 110.000 pisos pertenecen a los ayuntamientos.
Nuestro país tiene menos de una vivienda social (0,9) por cada 100 habitantes, lo que sitúa a España en uno de los últimos puestos de la Unión Europea, que es cuatro veces superiror a la tasa española, con un total de cuatro residencias protegidas por cada centenar de ciudadanos. Sólo por delante de países como Eslovaquia, Bulgaria, Portugal, Estonia, Croacia y Rumanía
Países Bajos, Austria y Dinamarca se encuentran a la cabeza por encima de 10 viviendas por cada 100 habitantes. A pesar de que estas naciones tienen una renta per cápita que más que duplica la española. Por lo que el esfuerzo que dedican para comprar o alquilar es significativamente menor que en España.
Si bien es cierto que las competencias en esta materia están transferidas a las Comunidades Autónomas, el Ejecutivo de Sánchez lleva 3 años en el poder y no han podido tramitar una legislación acorde con las necesidades de la población por las disputas políticas entre PSOE Y Podemos. Llegaremos al final de la legislatura y probablemente con cuatro años perdidos en este tema tan importante.
Número de viviendas sociales en la UE por cada 100 habitantes
Todo ello mientras el Gobierno es incapaz de ponerse de acuerdo para sacar una ley que permita a los ciudadanos acceder a un bien básico a un precio asequible y que exista un porcentaje obligatorio del 30% para que la obra nueva tenga algún tipo de protección.
Desde 2019 la deuda se ha incrementado en casi 200.000 millones de euros pero apenas se ha puesto en marcha nuevos proyectos para paliar uno de los grandes dramas de nuestro país. Sólo en algunas comunidades autónomas se están edificando inmuebles de tipo social, pero en un número muy por debajo de la demanda necesaria.
La baja tasa de natalidad, el que los jóvenes no puedan independizarse y formar una familia, el incremento de la ocupación o la morosidad en el pago del alquiler y las hipotecas, tiene su origen en la falta de inmuebles de protección oficial.
Mientras los precios de compra no paran de subir, según el portal idealista, en 2022 se han revalorizado un 8.5%, a esto hay que sumar un 6.5% en 2021 o el 2.1% en 2020, una subida menor por la pandemia. Pero el alquiler lleva el mismo camino, según datos del portal Fotocasa, se ha incrementando un 35% en los últimos 5 años.
La tasa de esfuerzo, es decir lo que se dedica de nuestro sueldo a pagar la hipoteca o el alquiler, ya supera el 40% en ciudades como Madrid, Barcelona o Palma de Mallorca. El precio medio de venta en España se sitúa en 2022 en 1.915 euros/metro cuadrado, según datos del portal pisos.com.
Mientras que el coste de arrendar un piso de 70 metros cuadrados se dispara hasta los 777 euros. Este dato alcanza los 998 euros en ciudades como Madrid o Barcelona que se sitúa en los 1.035 euros. Si tenemos en cuenta que el salario neto en España, según datos INE este año es de 1.527 euros, esto implica que la parte del salario que se destina a pagar una casa donde vivir escala hasta el 70% en estas ciudades.