‘Paso corto, vista larga y mucha mala leche’, así reza el mensaje de la taza del desayuno (o eso intuimos) con el que Macarena Olona ha dado los buenos días este viernes al mundo desde su cuenta de Twitter. No es un día cualquiera. Este 4 de noviembre era la fecha elegida para presentar su proyecto más personal tras abandonar Vox, la formación política que la convirtió en una de las diputadas del Congreso de los Diputados más combativa en temas de género y tras su fracaso político en las pasadas elecciones andaluzas.
El discurso de género lo conoce y defiende bien. En junio de 2020, cuando aún ocupaba su cargo en el Congreso de los Diputados, lideró la oposición de su partido contra la iniciativa del PSOE para instar al Gobierno a tomar medidas contra el negacionismo de la violencia de género. «El hombre no viola, viola un violador. El hombre no mata, mata un asesino. El hombre no maltrata, maltrata un maltratador», dijo entonces Olona.
«La violencia no tiene género», repitió aplaudida por los suyos. La intervención se hizo viral. Dos años después, Olona ha convertido, o eso pretende, este discurso en su campo de batalla para volver a relanzar su marca y quién sabe si recuperar el espacio que, según las últimas encuestas, está perdiendo el que fue su formación de acogida.
Vox no pasa por su mejor momento. A medida que el PP crece en las encuestas (y fagocita los restos de un Ciudadanos al que la demoscopia no garantiza ningún diputado), la ultraderecha pierde fuelle y empeora sus proyecciones en todas las encuestas.
Olona no quiere suponer un obstáculo. «Si la voluntad de los españoles es que vuelva a asumir su voz representándoles en el Congreso, tendrá lugar siempre y cuando, con mucho sentido de Estado, mi irrupción no ponga en riesgo una alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez«, ha explicado en la Casa de América de Madrid, el lugar escogido para dar el pistoletazo de salida de esta iniciativa. “Volveré al Congreso de los Diputados. Pero como representante de la voz del pueblo (…) No para dar la batalla política, sino para emprender la ideológica», ha insistido.
La batalla cultural común de la extrema derecha mundial
Lo cierto es que Olona está colocando el discurso antifeminista en el centro de sus iniciativas. No es casual. Ha iniciado una partida de ajedrez con un tablero muy definido y aprovechando una estrategia que une a la extrema derecha mundial: el rechazo al feminismo que gana terreno en la reivindicación de los derechos de las mujeres en todos los ámbitos de la vida y arrincona al hombre.
Se basa en «victimizar al culpable y culpabilizar a la víctima». El esquema básico que utilizan se repite una y otra vez: propagación de bulos, datos fuera de contexto, estigmatización de las políticas feministas y foco en los hombres que las «sufren». Y mucha calle y abanderamiento de causas. Esta semana Olona acudió a las puertas del Congreso de los Diputados para apoyar a un padre separado de sus hijos hace tres años a causa, precisamente, de esta ‘violencia femenina’ que, según defiende, lo contamina todo.
Veremos en los próximos meses a la también abogada repetir este esquema. Su intención es abanderar ese movimiento en España, imitando a Giorgia Meloni, de la que se confiesa admiradora. «Soy mujer, soy madre, soy italiana, soy cristiana, no me lo pueden quitar», dice Giorgia Meloni en sus actos públicos. Olona lo imita sin pudor su discurso hasta parecerlo invento suyo. «Soy española, madre, mujer, cristiana y no estoy dispuesta a que nadie me robe esas identidades, pero están en riesgo», se la escuchó decir la semana pasada en Málaga.
Detrás de estas soflamas no está la defensa de un feminismo contra otro ni la ocupación del espacio del debate público feminista. Intenta presentarse como la defensora de las raíces y valores cristianos, algo que utiliza mucho la ultraderecha europea para buscar el apoyo de los hombres que ahora votan a Vox, porque sabe que gran parte del voto de la ultraderecha es masculino, y de un conservadurismo católico que está convencido de que la verdadera defensa de las mujeres consiste en defender los valores tradicionales y cosas como la sumisión femenina.
En esta aventura cuenta con el apoyo de grupos ultracatólicos como Hazte Oír que ya salió, en plena guerra interna con Vox, en defensa de la exdiputada con una recogida de firmas. «Macarena, no dejes de ser el azote de la izquierda», escribió su fundador, Ignacio Arsuaga. Lo que está claro es que mientras este proyecto le permite seguir sumando apoyos, Vox se peleará con el resto de formaciones en las siguientes elecciones en un intento de que su marca no salga muy mal parada.
La ex diputada se ha fijado varios objetivos. La veremos por toda España recogiendo firmas para una iniciativa legislativa popular con la que pretende la «protección de los españoles frente a la criminal ideología de género» y seguir con su agenda internacional para difundir las actividades de la Fundación Igualdad Iberoamericana, de la que es presidenta y única fundadora, y que inauguró recientemente en Panamá.
ARREGLAD ,VOX,VUESTRAS DIFERENCIAS CON OLONA PORQUE HAY UN MILLÓN DE MUJERES MÁS QUE DE HOMBRES (VOTOS).CREO QUE MELONI PIENSA LO MISMO.
VOX ES UN PARTIDO CONSERVADOR DE MANUAL COMO EL REPUBLICANO (USA) O TORY (U.K.) PERO ELIMINAR LAS AUTONOMIAS . VOTADAS POR MAYORIA ,SERIA PELIGROSO. .
Recuerda ,Olona,lo quÉ dijo Camilo JosÉ Cela :»El que resiste ,gana».