ERC presume «del chantaje al Gobierno» con la eliminación del delito de sedición

Oriol Junqueras, líder de ERC, ha presumido de lo conseguido al Gobierno en materia de eliminación del delito de sedición, lo que la oposición ha denominado «chantaje o humillación». En una entrevista a Cataluña Radio, el mandatario secesionista ha expresado su satisfacción por haber conseguido arrancar este acuerdo al Ejecutivo.

Ha realizado un repaso sobre lo acordado con Pedro Sánchez, calificando este logro como un éxito. Con la supresión de esta tipología en el Código Penal, ha destacado: «Será más fácil que las tesis independentistas ganen«.

También ha defendido que una vez la reforma de la ley esté aprobada, los jueces tendrán menos herramientas legales para frenar los intentos de separación de Cataluña del resto de España. Con esta decisión tendrán «más fácil conseguir apoyos internacionales a la causa independentista».

Junqueras ha señalado que en lo que tiene que ver la interpretación del derecho, los magistrados «lo deberán retorcer todo mucho más y cuanto más lo retuerzan, más fácil será de ganarlo desde el punto de vista de la justicia internacional», según sus palabras.

En plena negociación de los presupuestos para 2023, el partido socialista necesita del apoyo de la formación independentista para aprobarlos en el Congreso de los Diputados antes de final de año.

Terremoto político

La noticia anunciada el pasado jueves por Pedro Sánchez y tras presentarse ayer en el Parlamento, para la supresión de este delito y que pase a denominarse ahora «desórdenes públicos» con penas muy inferiores a las correspondientes con la sedición, ha provocado un terremoto político.

Críticas muy duras desde la oposición, llamando «traidor» a Sánchez desde las filas de VOX, aunque también barones socialistas han mostrado su desacuerdo, como el caso de los de Aragón, Castilla la Mancha y Extremadura. Sobre todo si tenemos en cuenta que en poco más de seis meses hay elecciones autonómicas.

Desde las filas del PP, su líder Núñez Feijóo, se ha comprometido a «revertir cuanto antes» esta reforma si llega a la Moncloa. También ha apelado al «deber moral» de los socialistas que no comparten esta decisión para que hagan «pública» su posición e intenten que la reforma «no siga adelante».