Un guardia civil acusado de acoso sexual a una compañera ha reconocido en el juicio que en alguna ocasión realizó «comentarios picantes que no podían ofender a nadie», dado que de los mismos participaba tanto la víctima como sus compañeros de despacho.
José María M.L. se enfrenta a 5 años y seis meses de prisión por un delito de acoso sexual y otro de agresión sexual que habría cometido entre 2009 y 2010 sobre una compañera. Ambos tenían el mismo puesto en la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Tres Cantos.
En su declaración, el procesado ha negado los cargos de los que se le acusa, tanto haber realizado comentarios sexuales humillantes hacia su compañera, así como proposiciones fuera del ámbito laboral. Tan solo ha admitido que alguna vez realizó algún «comentario picante» en el despacho, de los que participaban todos.
Sobre las acusaciones, ha mantenido que todo se trata de «una denuncia falsa». Pese a que ha dicho que no sabía por qué de estas acusaciones, el abogado de la víctima le ha recordado que en instrucción manifestó que lo que buscaba la mujer era una orden de alejamiento para obtener una plaza en Galicia.
En cambio, la víctima sostiene que desde un principio su compañero malinterpretó la relación de amistad que tenían, atribuyéndole tintes sexuales que ella no había alentado. Pese a que dejó claro que mantenía una relación estable con un chico de su edad, el acusado siguió hostigándola con propuestas sexuales en las que, por ejemplo, le instaba a vestir con ropa más ligera. Así, ha detallado que en una ocasión cuando se encontraban en un almacén, el procesado aprovechó para acariciarla «desde el tobillo hasta más arriba de la rodilla».
Con motivo de las negativas de la mujer a atender a sus demandas sexuales, éste comenzó una campaña contra ella ante sus compañeros de la unidad, degradándola con frases como que era «una niñata y una mojigata».
La situación se alargó hasta octubre de 2010 cuando la mujer acudió a sus mandos superiores y expuso la situación que estaba viviendo con su compañero. A consecuencia de los hechos, sufrió un trastorno adaptativo mixto reactivo a situación de acoso laboral y sexual que cursó con grave sintomatología, por lo que estuvo de baja laboral durante 780 días.