Dos años después todo sigue igual. Los alumnos del colegio público Teresa de Calcuta de Parla, que depende de la Comunidad de Madrid, han comenzado el curso en un centro a medio hacer, todavía en construcción y rodeado por vallas de obra. No tienen gimnasio ni pista deportiva. Tampoco tienen un patio en condiciones y juegan rodeados de malas hierbas. Además, la asociación de padres ha decidido suspender las actividades extraescolares porque no hay espacio suficiente para llevarlas a cabo. “Deberíamos haber empezado con las fases del centro acabadas, pero algo ha fallado, la construcción de esta última fase que lleva un gimnasio y una pista deportiva no se han llevado a cabo ¿Por qué? Los clientes en los que nos hemos convertido las familias no tenemos derecho a esa información”, denuncia el AMPA del colegio en un comunicado.
No es la primera vez que el colegio y sus alumnos sufren alteraciones en el inicio del curso a causa del retraso de las obras. Desde hace años, en el centro Teresa de Calcuta ‘la vuelta al cole’ ha sido problemática. “Al ser un colegio inacabado con su valla de obra aún, su cartel del presupuesto, unido a que las otras fases se acabaron sobre la bocina, es decir en el empiece del curso, nunca se ha rematado el centro, por lo que somos un colegio sin porche, sin jardines, el patio se reduce a una pista deportiva, lo demás son campos de malas hierbas, que como asociación deberemos suspender extraescolares previstas ante el anuncia de la construcción de la tercera fase en abril por falta de espacio”, afirma.
El AMPA del centro muestra su “hartazgo” e “indignación” y denuncia la pasividad de la Administración puesto que el colegio debería estar acabado desde hace seis años. En el inicio de otro de los cursos, los alumnos tuvieron que comenzar las clases en otro centro de Parla porque la administración adjudicó las plazas cuando todavía no se había empezado a construir la escuela. De hecho, este diario publicó hace dos años el arranque del curso 2013-2014 del colegio Teresa de Calcuta, y los problemas fueron similares a los que tienen lugar este año. Entonces, los alumnos comenzaron las clases en barracones y clases prefabricadas, sin calefacción y sin comedor. Es más, la entonces concejala de Bienestar Social, Personal y Régimen Interior del consistorio parleño, María José Bandera, afirmó: “Nos tememos lo peor y creemos que el próximo año estaremos en las mismas condiciones”.
El AMPA cree que el colegio ha sido víctima de la mala gestión de la administración y que además han sido castigados por sus continuas protestas. “Nuestro centro es fruto de una mala planificación, de una guerra de partidos, de trabajadores públicos soberbios, de la inexistencia de responsabilidades, de la falta de liquidez, de las chapuzas, de las represalias a las familias por protestar”, explica la asociación a través de un comunicado. La organización cree que la demora en las reformas es en realidad un ataque de la propia administración por haber hecho públicos los problemas que sufre el centro: “La Comunidad de Madrid vuelve a lanzar un nuevo ataque, así lo sentimos, ante familias que en su día solo rompieron su silencio ante la situación negligente a las que fueron sometidas”.
Por último, temen y denuncian que el próximo curso el problema residirá en una posible masificación de las aulas. “La Comunidad de Madrid se olvida de nosotros para las obras y no tiene problemas para masificarnos solo cumpliendo en su segundo año con la planificación de la línea tres. Esto se traduce que para el curso 2017-2018, el centro no dispondrá de aulas. Para una población joven que es la que forma este centro, es un tema muy preocupante”.