lunes, noviembre 25, 2024
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La política de seguridad de Podemos lleva el caos a Madrid

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La ciudad de Madrid ha demostrado que no está preparada para afrontar con solvencia dos focos de peligro extremo. Las políticas de Podemos en materia de Seguridad han condenado a los ciudadanos al caos que se vivió en la tarde-noche del 18 de octubre con los incidentes vividos en el Santiago Bernabéu con los aficionados radicales del Legia de Varsovia y el motín de algunos residentes del CIE, en Aluche.

Así lo aseguran, al menos, Julián Leal y José Francisco Horcajo, responsables de los sindicatos mayoritarios de la Policía Local. Según su explicación, la supresión de las UCS1 ha mermado la capacidad de reacción del cuerpo local y reducido la seguridad del resto de compañeros que acuden a eventos declarados de alto riesgo. Esta circunstancia se ha traducido en dos agentes municipales heridos durante los altercados con los ultras polacos. Ambos policías se encontraban solos, en un estacionamiento fijo y sin ningún tipo de protección para repeler un ataque masivo.

Una vez más, la falta de previsión y de prevención del Consistorio madrileño ha causado un caos generalizado durante varias horas de la tarde y de la noche del 18 de octubre. El partido del Real Madrid contra el Legia de Varsovia había sido declarado de alto riesgo. Desde hacía semanas se había avisado de la violencia extrema y la contundencia de algunos ultras del club polaco que iban a venir a la capital sin entrada. Pero no ha sido suficiente para que el Ayuntamiento de Madrid y Javier Barbero, concejal de Seguridad, planificaran un dispositivo de seguridad a la altura del riesgo que se iba a correr.

“Esto pasa porque no se prevén los servicios y porque no hay efectivos suficientes. Llevamos mucho tiempo denunciando que en partidos de alto riesgo se deben de montar puestos integrados por un mínimo de cuatro agentes. Sabían que en este encuentro se iban a producir altercados”, denuncia Julián Leal, portavoz de CPPM.  “Si al menos tuviéramos un compañero, tendríamos la posibilidad de poder pedir auxilio o refuerzos”, se queja José Francisco Horcajo, responsable del colectivo de Policía Municipal en CSIT.

Lejos de escuchar las propuestas de los sindicatos, Carmena suprimió una de las unidades de las UCS y renombró a la otra (UCS2) como UAS (Unidades de Apoyo a la Seguridad) en busca del beneplácito de sus votantes, que consideraban a esta unidad un tanto violenta. El resultado de esta decisión son dos policías municipales trasladados al hospital tras ser víctimas de una paliza a manos de los hinchas más radicales del Legia de Varsovia.

Uno de los heridos es miembro de la unidad de distrito de Carabanchel y se encontraba agregado en el dispositivo de seguridad desplegado para el partido de Champions League que se iba a disputar en el Santiago Bernabéu. El agente se encontraba solo en unas de las calles aledañas al feudo blanco y se vio sorprendido por los ultras polacos cuando estos huían de una carga policial iniciada por la UIP. Las heridas sufridas requirieron del traslado del miembro del cuerpo local al hospital de Coslada. El hecho de estar sin un compañero y no precisar de las medidas y recursos adecuados para repeler este tipo de ataques condenó al agente municipal.

Cascos para todos, menos para la Policía Municipal

“Estamos hartos de pedir los cascos de protección para todos los miembros de la Policía Municipal que realizan actuaciones en la vía pública. Hay una indignación total y absoluta en la plantilla por lo que pasó ayer”, afirma Leal. Además, el representante sindical no entiende por qué los Bomberos de Madrid y el Samur sí disfrutan de una protección para la cabeza y los agentes municipales no.

“Estamos vendidos. Para imprimir seguridad a una ciudad, tengo que estar seguro yo. Si yo en la prestación del servicio no tengo seguridad, poca seguridad voy a transmitir al ciudadano”, afirma Leal.

“Hemos denunciando en multitud de ocasiones el envío de muchos efectivos sin dotación de protección a eventos de alto riesgo, pero nadie nos ha escuchado”, se queja Horcajo.

Además, ambos portavoz sindicales coinciden que los incidentes podían haber acarreado consecuencias más graves. “Si los ultras llegan a robar el arma al policía municipal estaríamos hablando de una tragedia”, comentan Leal y Horcajo.

Al final, el problema son la falta de efectivos y sobre todo la supresión de la UCS1. “En situaciones como esta es cuando se dan cuenta de que hacen falta”, afirma Leal. De hecho, son tan necesarios que el Consistorio ha denegado el traslado de varios agentes de las UCS2 a otras unidades.

“Tienen secuestrados a 17 compañeros de las UCS2 que han conseguido plazas en otras unidades porque no hay efectivos suficientes. No les dejan marchar”, afirma Leal.  En la actualidad, Carmena ha reducido a un 60% la plantilla de las UCS, lo que deja a la unidad en un total de en torno a 240 agentes. Además, hay que recordar que no están operativos las noches de los domingos, lunes, martes y miércoles. Por este motivo, no pudieron prestar apoyo a la Policía Nacional desplegada en los aledaños del CIE de Aluche.

Esta reducción de efectivos ha significado que la UCS2 tenga que redoblar sus esfuerzos para poder atender a todas los focos de extrema peligrosidad. El problema es que en días en los que se producen dos casos de violencia masiva a la vez es imposible obtener una respuesta adecuada por parte de la Policía Municipal.

Carlos Lospitao

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