La Fiscalía pide 30 años de internamiento para el presunto descuartizador de Majadahonda (Madrid), Bruno H.V, al aplicarle «una eximente incompleta por enajenación mental» en relación a las muertes de su inquilina Adriana Giogiosa y de su tía Liria, ocurridas en 2015 y 2010, respectivamente.
En el escrito de acusación, fechado el pasado 11 de octubre y al que ha tenido acceso Efe, el Ministerio Público le acusa de dos delitos de homicidio, uno de falsedad documental, otro de estafa y un delito de tenencia ilícita de armas, por lo que pide que se le condene a 26 años, un mes y 58 días de prisión
Sin embargo, precisa que de conformidad con el artículo 104.1 del Código Penal «procede imponerle la medida de internamiento para tratamiento médico adecuado a la patología psíquica que padece durante 30 años».
Lo hace al manifestar que «concurre la eximente incompleta de enajenación mental» en relación con los delitos de homicidio.
«El acusado padece esquizofrenia paranoide con varios ingresos, el último en diciembre de 2014, es una enfermedad de curso crónico, con un delirio asentado, una personalidad de base esquizotipica, con suspicacia y recelo elevados y dificultades para la relación interpesonal», señala el fiscal.
Y añade que «el trastorno distorsiona el enfoque adecuado de la realidad en la que vive. Sus capacidades se encontraban comprometidas en el momento de los hechos».
El acusado deberá indemnizar con 240.000 euros a los padres de Adriana (160.000) y a los dos hermanos (40.000 euros a cada uno), en tanto que tendrá que reingresar al caudal hereditario los 33.327 euros que se apropió de la cuenta bancaria de su tía.
Mientras, la acusación particular considera a Bruno autor de un delito de asesinato, no aprecia circunstancias modificativas de la responsabilidad penal y solicita 24 años de cárcel.
Según el fiscal, el acusado mató de manera voluntaria a su tía Liria en un lugar y fecha no determinados pero posterior a abril de 2010. Posteriormente, «procedió a trocear y destruir su cuerpo utilizando para ello una maquina picadora industrial», que tenía en el sótano del domicilio de la víctima en Majadahonda.
Meses después y «con la idea de obtener un ilícito beneficio económico» a costa de su tía, Bruno giró recibos contra la cuenta corriente que su tía tenía en un banco por importe de 33.227 euros.
Con la misma intención de sacar un beneficio económico, el acusado simuló la firma de su tía en un documento de 2013 por el que le cedía el uso de la casa de Majadahonda por un período de 15 años a 18.000 euros, que no abonó, si bien él alquiló habitaciones para su propio beneficio.
El Ministerio Público también le acusa de la muerte de su inquilina Adriana Giogiosa, argentina de 55 años, cuyo cuerpo también troceó y destruyó utilizando como en el caso de su tía la maquina picadora industrial que tenía en el sótano de la vivienda, de manera que el cuerpo nunca apareció.
Para hacer creer a las personas que preguntaba por Adriana que seguía viva y se había marchado de viaje, introdujo el 3 de abril bajo la puerta del Burger King de Majadahonda una carta mecanografiada dirigida al gerente del establecimiento donde trabajaba la víctima, en la que manifestaba su voluntad de dejar el puesto de trabajo.
Y con el mismo propósito envió mensajes con el móvil de ella a sus allegados en los que decía que estaba de viaje en Barcelona y que iría por Europa. Incluso viajó el 6 de abril a la capital catalana con el teléfono de la víctima para posicionarlo en esa ubicación.
Bruno H.V. está en prisión desde su detención el 7 de abril de 2015. La Guardia Civil ha buscado sin éxito desde abril de 2015 en el vertedero de Pinto los restos de las dos mujeres.