“Le quedan dos días” dice una voz del socialismo madrileño. El acuerdo con Podemos en Madrid molesta un poco al PSOE, pero lo que más irrita es el rol secundario que el socialismo madrileño ha aceptado en el Consistorio de la capital de España.
Según los medios políticos de la gestora socialista, la comparación entre Aguado – “apenas influye, pero lo parece”- y Causapié en los gobiernos de Cifuentes y Carmena, respectivamente, no resiste comparación.
La gestión en Madrid, especialmente en lo económico y lo urbanístico, los grandes agujeros de Carmena – además del clientelismo que las concejalías vienen ejerciendo a través de su contratos menores- se considera una de las más deficientes de los Ayuntamientos del cambio. En el PSOE se cree que siendo Colau más radical que Carmena, la catalana tiene un plan de gestión urbana del que carece Madrid y la oposición catalana juega un papel más relevante.
“El seguidismo de las políticas de Podemos no ayuda a mejorar a Carmena», se dice en el nuevo Ferraz que, por otra parte, carece de interlocución en la dirección del socialismo madrileño en relación con lo que ocurre en la ciudad de Madrid.
La secretaria general madrileña, Sara Hernández, se ha convertido en la oposición a la Gestora socialista. Sara Hernández y Purificación Causapié han sido incapaces de dibujar un perfil propio en el consistorio madrileño.
Desde la radio municipal al cierre de la Gran Vía, desde el Plan Económico aprobado por Carmena hasta el próximo Presupuesto, son medidas en los que los socialistas no han jugado ningún papel relevante ni capitalizado su papel de minoría, a diferencia de lo que está ocurriendo en el gobierno nacional, consideran en Ferraz.
Las encuestas que revelan el alejamiento entre el votante socialista y el de Podemos son más acusadas en la Ciudad de Madrid. El votante socialista mucho menos ideologizado que el de la formación de Iglesias ha apoyado gestiones urbanas menos radicales y más próximas al ciudadano medio.
La duda en Ferraz es si la gestión del grupo municipal socialista aguantará hasta la próxima ronda de congresos socialistas, nacional y regional. La situación de debilidad del PSOE de Madrid no facilita alternativas al pacto con Carmena pero la exigencia de autonomía y perfil propio le parecen a la gestora socialista absolutamente perentorias.
Se hace más necesario, según la dirección socialista, cuando Podemos no deja de hostigar los gobiernos socialistas desde que el PSOE se abstuviera en la elección de Mariano Rajoy. En Ferraz no descartan que uno de los efectos del debate en la formación de Iglesias, si este vence, es una radicalización política que ponga en jaque los gobiernos regionales. En esa lógica, se ve la actuación de Purificación Causapié como una seria falta de complicidad con el proyecto socialista.
Domingo Labrador