Si se pregunta alguien cómo pueden acabar los agentes de la Policía Local arreando vacas hacia la vaquería, el esperpento se completa cuando se explica que las vacas son un bien propiedad del Ayuntamiento. El caso es que esta semana los agentes locales se vieron obligados a neutralizar una fuga de vacas lecheras que han quedado totalmente abandonadas a su suerte en una vaquería expropiada, el remate al desbarajuste municipal de una de las marcas blancas de Podemos, San Fernando de Henares Sí Puede (SFHSP).
El caso es que el propietario de la vaquería, que la acaba de abandonar fruto de un confuso proceso de expropiación, advirtió a los responsables municipales que él se iba, pero que las vacas se quedaban –además sin ordeñar–, pero que podía encontrar un tratante que se hiciera cargo de ellas. Fuente internas del Ayuntamiento explican que el equipo de Gobierno rechazó el plan. Las cosas se harían conforme a la complicada burocracia legal municipal, es decir con un expediente, enajenación de bienes municipales, subasta… Este expediente no se ha puesto en marcha, pero las vacas no entienden de expedientes. Tal como vaticinó el vaquero profesional, si no se ordeñan se les hinchan las ubres y entonces su comportamiento es incontrolable. Así, las malhumoradas vacas municipales, con las ubres a reventar, encontraron una escapatoria y empezaron a sembrar el desconcierto por el barrio, la avenida de los Pinos, junto al polideportivo municipal. Hasta que los policías tomaron cartas en el asunto y las arrearon hasta la vaquería.
Es este uno más de los extraños y surrealistas sucesos que envuelven al Ayuntamiento de San Fernando, el pueblo con la plaza del mismo expropiada, y con una alcaldesa ya imputada en solo año y pico de gestión. Este lunes dimitió el portavoz del magro equipo municipal (la formación blanca de Podemos gobierna con cinco concejales por 16 de la oposición), asegurando que se iba a luchar en la calle “contra el capitalismo y el patriarcado”, desengañado de la “política institucional” , según explicó en su blog personal.
Los hechos confusos y celtibéricos no son nuevos en San Fernando de Henares, municipio de 40.000 habitante situado a pocos kilómetros al este de Madrid. La vaquería es uno más de los extraños movimientos urbanísticos que dirigió la anterior jefa de los servicios jurídicos, Carmen Criado, que han conducido a callejones sin salida como el embargo de la Plaza de España, el lío de las casas de Echeveste o éste de la vaquería.
La marca sanfernandina de Podemos no ganó las elecciones, sino el PP. Pero el Gobierno se lo entregaron los votos de IU (la nueva de Garzón y la expulsada) y el PSOE. Un Gobierno de cinco concejales tan extravagante, que sin ir más lejos y vale como ejemplo, el dimitido portavoz era a la vez concejal de Cultura, de Juventud, de Medio Ambiente, de Infancia, Participación Ciudadana y también de Movilidad. Pero no ha sido el estrés lo que lo ha conducido a la dimisión que deja en cuadro a sus compañeros, sino “diferencias de criterio con la línea ideológica”, que trasluce la fuerte división en el equipo de Gobierno.
Este caos no ha mejorado, sino aún complicado más la de por sí compleja situación de San Fernando de Henares. Un ejemplo es la catástrofe de las vacas sueltas por el pueblo. La expropiación de los 60.000 metros cuadrados de la Finca de El Batán está presupuestada por el Consistorio en dos millones de euros. Sin embargo, los errores en las tramitaciones y los reveses judiciales –el Ayuntamiento intentó echarse atrás pese a que la vaquería está en el PGOU como zona verde– llevaron a los propietarios a pedir la astronómica cifra de 123 millones de euros, lo que aún está en veremos judicial.
SFHSP es un partido animalista, según el ideario de Podemos, lo que se traduce en su aversión a la fiesta de la lidia. Lo paradójico es que nadie se haya preocupado por el bienestar de las vacas lecheras, a las que se les han inflamado las ubres, lo que les puede acarrear mucho dolor y hasta la muerte. Enloquecidas, se largaron de la finca El Batán, a recorrer el mundo. Lo que, en opinión de una vecina de San Fernando de Henares hace que ya sea propio cantar eso de: “Las vacas del pueblo ya se han escapao, riau, riau”. Celtiberia Show en estado puro.
F. de Castro