La localidad madrileña de Morata de Tajuña cuenta, desde este domingo, con un nuevo hijo adoptivo: Ángel García Rodríguez, más conocido como padre Ángel, quien ha sido homenajeado con el mayor reconocimiento que concede el Ayuntamiento morateño.
El Pleno del Consistorio aprobó, por unanimidad, esta conmemoración que reconoce en el asturiano sus más de 30 años de dedicación con los más necesitados de la localidad, especialmente los niños y los ancianos.
“Hoy reconocemos su humanidad comprometida y su lucha incansable, siempre pacífica, contra los poderes políticos y fáticos para mejorar las condiciones de vida de los refugiados, de las personas que no tienen un techo, de los niños y de los mayores”, agradeció el alcalde, Ángel Sánchez, durante el acto. Además, el fundador de Mensajeros de la Paz fue testigo de la inauguración de un jardín en su honor. “En reconocimiento al hombre, pero también a su labor y a su obra de servicio a los más necesitados”, como destacó el primer edil.
Y es que, aunque nacido en La Rebollada (Mieres, Asturias), el padre Ángel afirmó haberse dejado “casi la mitad de la vida en Morata”. Una estrecha relación con el pueblo, como recodó el concejal de Servicio Sociales, Vicente Real, que comenzó hace más de tres décadas con la puesta en funcionamiento de la residencia de mayores ‘Isla Taray’: “Una residencia del alma donde no había ni luz ni agua, y donde ahora podemos ser bendecidos por tantas personas mayores”, como explicó emocionado el homenajeado.
“Los mayores podemos vivir casi sin techo y sin comer, pero no sin cariño”, comentó parafraseando a la madre Teresa de Calcuta, afirmando que sigue soñando con que un mundo mejor es posible, en el que a los mayores “les demos calor y cariño”.
Con este nombramiento, Morata de Tajuña agradece al fundador de Mensajeros de la Paz todo su trabajo por el pueblo, como ya se demostró, el pasado año, con la petición del Pleno para la candidatura del religioso como premio Nobel de la Paz.
José Casanate